Algunos erigen a Pilar Rubio como la más gafe de la televisión en España por haber enterrado bajo su minifalda ilustres cadáveres como Operación Triunfo. Pero Dani Martínez es de los que no se quedan atrás. Su nombre está ligado a grandes fiascos de la tele tan olvidados como Estas no son las noticias de las 9, en Cuatro; Fenómenos (no la serie, sino un programa que bromeaba sobre los fenómenos paranormales), en La Sexta, con la mismísima Eva González; e incluso la última etapa del Un, dos, tres, que como algunos recordamos, acabó como el rosario de la aurora para mancha de Ibáñez Serrador.

Sería injusto tildar a Pilar y a Dani de gafes por algo que es habitual en la televisión. Otro Dani, Mateo, que se habituó durante años a los ceses prematuros, decía que la clave en la televisión no es tener éxito, sino tener fracasos dignos. El leonés Martínez tiene que añadir fracasos nonatos como Guassap, que fue cancelado por la dirección de Mediaset antes de estrenarse en las sobremesas de Cuatro y pese a los continuos cambios en el formato que se le hicieron en el laboratorio. De aquella etapa hace dos veranos surgió la presente oportunidad de Dani Martínez. Terminó incorporándose a Aída pero finalmente sus capítulos van a ver la luz justo cuando la serie tiene seguro que no continuará. Pongamos que esto es mala suerte.

Aquellos espectadores que descubrieron al certero imitador en Tonterías las justas, bordando a Matías Prats, a Nadal o a Piqueras, hoy se convierte en Simón, hermano de Paz y colega, por tanto, de Luisma. Coqueteará con Soraya y echará leña y humor a Esperanza Sur. Será el último fichaje de Aída, producción que va diciendo adiós en una temporada que no estaba llamada a ser la última.

Dani vivió su mejor momento en 2010, con las tonterías forjadas en la productora de Pablo Motos junto a Florentino Fernández y Anna Simón. El proyecto cambió de cadena con la fusión de Mediaset. Siete y Acción se marchó a Antena 3 y el equipo de Tonterías las justas se transformó en Otra Movida para Neox, con resultado más bien discreto. Al término de aquella etapa quiso seguir su propio camino. Del frustado Guassap pasó al banco frente al Bar Reinols. Dani lo intenta otra vez.