Llamada de emergencia

Belén Esteban retoma su popularidad entre la audiencia a raíz de hablar con su hija en 'GH VIP'

Belén Esteban en el confesionario de 'Gran Hermano VIP'.
Belén Esteban en el confesionario de 'Gran Hermano VIP'.
Helena Arriaza

14 de marzo 2015 - 05:00

Una gala estelar que empieza con un gato como protagonista es claro sinónimo de aburrimiento. Lo más destacado de la semana en Guadalix ha sido el miedo de Fede ante el indefenso felino. Desde que saliera Ylenia, con quien formaba la pareja menos creíble de toda la historia de Gran Hermano, el italiano pasa más desapercibido que nunca. Se une así al grupo de Ángela Portero, Coman y Aguasantas, concursantes "muebles" del reality de Telecinco. Si por algo se caracteriza esta edición de Gran Hermano VIP es porque los que daban vida a la casa han sido expulsados. Sin Olvido Hormigos, Kiko Rivera, Víctor Sandoval, Ares Teixidó y la rubia de Gandía Shore el programa carece de polémica y al fin y al cabo, como saben en Mediaset, eso es lo que vende.

El pasado jueves la (única) protagonista volvió a ser la misma de siempre, otra vez, Belén Esteban. Una vez más la audiencia la salvó de la expulsión. En esta ocasión no fue tan descarado que se quedase en la casa. Los porcentajes de Chari, la expulsada, y Belén, no fueron tan ajustados como los de la primera vez que la colaboradora de Sálvame estuvo nominada y que provocaron los gritos de "tongo" en el plató. Además durante los últimos días los vídeos sobre Belén nada han tenido que ver con los de otras semanas. La imagen que han transmitido desde Telecinco de la ex de Jesulín es más parecida a la que se percibía antes de que entrase en la casa VIP. La de una mujer con la que muchos ciudadanos se sienten identificados. Un lavado de imagen que le otorga muchas papeletas para llegar a la final. Un final que tiene que ser pronto porque sino, en lugar de ser recordada como una de las mejores ediciones del formato, quedará como una de las más aburridas.

Para evitar que la gala del jueves resultase infumable, el equipo de guionistas del programa provocó momentos memorables. Menos mal,porque la entrevista que Jordi González le hizo a Chari Lojo no dio para mucho. La gaditana esquivó los malos rollos en plató y sus palabras pasaron desapercibidas.

Hubo que echar mano de la espontaneidad de Belén para que la décima gala contase con instantes desternillantes. La princesa del pueblo protagonizó uno de los mejores al recibir la llamada de su hija. "¡Mamá, que he aprobado todo!", fue la primera noticia que Andrea le dio a su madre, provocando los llantos de felicidad de la princesa. Ante las buenas notas de su hija Belén le prometió que cuando salga le llevará "a ver a Justin Bieber donde quiera", otra de las frases más relevantes de la noche. La Esteban consiguió despejar una de sus grandes preocupaciones: La preparación del viaje de fin de curso de su hija para el que su novio, El Migue, tiene que comprarle una maleta. Andrea le aseguró que todo está en orden y la de Paracuellos ya se quedó tranquila.

Con esta llamada de emergencia Belén tiene más fuerzas que nunca para llegar a la final. Pese al rechazo que ha provocado en la audiencia lo cierto es que si ella no siguiera en la casa el programa carecería de sentido. De hecho ya hay aspectos que están introduciendo que son difíciles de entender, como la entrada el jueves de un supuesto concursante de Gran Hermano Brasil. Joao tiene que hacer creer a los habitantes de la casa que es participante del formato en su edición brasileña. Mañana en El Debate descubrirán que es una broma y a ver si explican a los espectadores qué sentido tiene.

Al menos con la entrada del chico en Guadalix hubo otro momento para recordar, el intento de Belén (sí, una vez más ella fue la protagonista) por entenderle hablando en portugués. E inventó un idioma: el Beleninglish.

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