Fandiño y Perera pierden trofeos por el fallo a espadas

El vasco y el extremeño cuajan dos actuaciones de gran firmeza · El Cid desaprovecha un gran toro, 'Fiscal', el cuarto de una interesante corrida de Alcurrucén

Iván Fandiño, en una bernadina al tercer toro, al que cuajó una importante faena.
Luis Nieto

23 de mayo 2012 - 01:00

GANADERÍA: Corrida de Alcurrucén, correctamente presentada y de juego variado, descollando el gran cuarto, excelente en la muleta. TOREROS: Manuel Jesús 'El Cid', de grana y oro. Bajonazo y estocada caída (silencio tras aviso). En el cuarto, estocada y descabello (silencio tras aviso). Miguel Ángel Perera, de verde botella y oro. Estocada (silencio). En el quinto, pinchazo y estocada (saludos tras ovación y aviso). Iván Fandiño, de azul y oro. Pinchazo arriba y estocada hasta el puño (saludos tras ovación). En el sexto, estocada que hace guardia y descabello (palmas). Incidencias: Plaza de toros de Las Ventas. Martes 22 de mayo de 2012. Casi lleno.

En el espectáculo, en comparación con el día anterior, fue como si hubiéramos encontrado una playa paradisíaca tras salir de una ciénaga en la que estuvimos embarrados más de tres horas. Y todo gracias a que su arena la pisaron unos toros de Alcurrucén, de presentación correcta -lejos de los elefantes y búfalos del pasado lunes-, que conformaron un encierro muy interesante en su juego. De entre ellos destacó el cuarto, al que no aprovechó adecuadamente Manuel Jesús El Cid, quien contó con el mejor lote en un festejo en el que destacaron positivamente, por su gran firmeza, Iván Fandiño y Miguel Ángel Perera.

Por su seriedad, no le venía mal ese nombre al cuarto toro, nada menos que Fiscal, con capa negra y bien armado, que entre sus virtudes contó con la condición de repetir con clase en la muleta. Sin emplearse en los primeros tercios, fue a más y metió muy bien la cara, por ambos pitones, tras la franela. El sevillano, entonado con la diestra, brilló en una serie corta en redondo con esa mano. Con la zurda, salvo algún natural aislado de calidad, no sacó todo el provecho; siendo sorprendido en varias ocasiones cuando intentaba citar. El público despidió a este toro con una gran ovación en el arrastre.

El Cid, que contó con el mejor lote del encierro, no estuvo a la altura. Con el cinqueño que abrió plaza, consiguió sus mejores pasajes con el toreo a la verónica y una preciosa media. El toro llegó con mucho motor a la muleta. El sevillano, sin probaturas y en las rayas, cuajó una tanda muy vibrante para bajar en intensidad en las siguientes. Por el pitón izquierdo fue desbordado. Mató mal.

Miguel Ángel Perera, a base de un valor extraordinario, se impuso al peor lote de la corrida. El cinqueño y enmorrillado segundo, que manseó de lo lindo en los dos primeros tercios, acometió con empuje tras la muleta, aunque con la cara por las nubes y hasta frenándose en algunas ocasiones. El extremeño tragó mucho en una faena meritoria, en la que el astado le propinó un pisotón del que salió cojeando.

Perera estuvo mejor todavía con el quinto, un manso que, tras intentar saltar de salida al callejón, siempre buscó tablas y al que extrajo todo lo que tenía. El pacense asustó al público en un quite por gaoneras ajustadísimas. Y con la muleta en la mano, en los medios, metió todavía más miedo al respetable con un péndulo por la espalda en los medios y dos muletazos por la espalda. Salió vivo milagrosamente, porque el viento le dejó vendido y desarmado en uno de ellos. Y tuvo que rectificar para evitar la cornada. En el trasteo acabó metido entre los pitones del cornúpeta; siendo ovacionado. El premio rondaba cerca, pero el espada no mató al primer envite y todo quedó en una fuerte ovación.

Iván Fandiño concretó una actuación muy seria. Con el colorao tercero, de preciosas hechuras, que manseó en varas y banderillas, el diestro vasco apostó fuerte en la faena. Sin probaturas, dio un recital de firmeza con la muleta en la derecha. Hubo ligazón y el torero llevó muy empapado al burel. Por el izquierdo, al animal le costaba embestir. El epílogo, con unas bernadinas ajustadísimas, fue escalofriante. Las ovaciones fueron de órdago. Tenía asegurado el premio. Pero un pinchazo previo a una estocada hasta el puño enfrió la petición de oreja.

El cinqueño sexto, que derribó al piquero Pepe Aguado sin mayores consecuencias, resultó complicado. Fandiño persistió una y otra vez para agradar, con momentos en los que apostó muy fuerte.

La tarde resultó entretenida. Perera y Fandiño hubieran conseguido trofeos de acertar con la espada en un festejo en el que saltó uno de los mejores toros para la muleta, un Fiscal, con capa negra y buenas cualidades, que el tribunal de Las Ventas ovacionó con toda justicia.

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