José Tomás y Perera, dos toreros en la cumbre
José Tomás colocó en todas sus actuaciones el cartel de "No hay billetes", con la reventa trabajando a tope.
Dos toreros dejaron una gran huella en la muy competitiva temporada 2008: José Tomás y Miguel Ángel Perera. El madrileño afrontó su retorno a la Monumental de Las Ventas triunfando por dos vías distintas: la del arte y la épica, en un año en el que toreó 20 corridas y sumó 42 trofeos. El 5 de junio hizo historia al cortar cuatro orejas. Diez días después en el coso madrileño, con un lote infumable, rayó la temeridad, sufriendo tres cornadas graves y cambiando por ello la Puerta Grande, que tenía ganada, por la de la enfermería. Regó con sangre varios cosos y en uno de sus percances, en Jerez, un toro estuvo a punto de cortarle la yugular. Además de sus constantes triunfos, lo más significativo es que colocó en todas sus actuaciones el cartel de "No hay billetes", con la reventa trabajando a tope. Cerró el año indultando al toro Idílico, de Núñez del Cuvillo, en la Monumental de Barcelona. Por su parte, el diestro pacense, con 82 corridas y 154 orejas, realizó una campaña en progresión, acabando en el tercer puesto del escalafón. Tras sus éxitos en la Feria de Abril y San Isidro, conquistó Pamplona, Barcelona y Bilbao. En las plazas del norte arrasó y en septiembre cosechó hasta 17 triunfos consecutivos, con un indulto en la plaza francesa de Dax. Su consagración llegó en la Feria de Otoño en Las Ventas, donde el 3 de octubre, convirtió en gesta el gesto de encerrarse con seis toros. Cogido en dos ocasiones, aguantó en el ruedo herido de gravedad. Triunfó y cambió la salida en hombros por el quirófano.
En estadística, el líder fue El Fandi, con 111 corridas, en las que consiguió 263 orejas. El Cid, al que se le escaparon algunos éxitos por el fallo a espadas, ocupó el segundo. Siguiendo el rastro de los diez primeros puestos nos encontramos con El Juli, quien demostró su maestría, pese a su juventud; José María Manzanares cuajó grandes faenas, como la de Sevilla; Alejandro Talavante hizo una campaña desigual, despertando al final; Enrique Ponce estuvo en maestro, como en Bilbao y Santander; el mediático Francisco Rivera Ordóñez; Pepín Liria cumplió en el año de su despedida y Antonio Ferrera también anduvo por la senda de la regularidad. Cayetano y Morante de la Puebla también plasmaron buenas obras. Y como lidiador de gran categoría destacó El Fundi, en una temporada en la que se despidió Pepín Liria, "el león de Cehegín".
En cuanto a los novilleros, nos encontramos con un panorama de transición, con Rubén Pinar a la cabeza, destacando además, con firmeza y gran ambición, en las plazas de primer orden. Dentro del amplísimo escalafón novilleril brilló por sus buenas maneras Miguel Ángel Delgado, quien contó con mala suerte en sus lotes en Madrid y Sevilla. Sorprendió el alto número de toreros mexicanos que se quieren abrir camino en España y que trajeron un aire fresco, como son los casos de Mario Aguilar, El Payo y Calita. Y en el mundo del rejoneo arrasó Diego Ventura, quien sumó a la Puerta del Príncipe en la Feria de Abril, dos salidas a hombros en Las Ventas y consiguió 38 trofeos en sus actuaciones en plazas de primera categoría. Asimismo, en el arte de Marialba descolló de nuevo el veterano maestro Pablo Hermoso de Mendoza, quien alcanzó la cima estadística.
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