Manuel Moreno, 'El Cordobés' y Galván abren la puerta grande de San Roque
Los tendidos, con más de media entrada registrada, disfrutan de una tarde entretenida
CORRIDA MIXTA DE FERIA EN LA PLAZA DE TOROS DE SAN ROQUE Ganadería: Seis toros de La Palmosilla, bien presentados y de juego desigual. El mejor, el que abrió la tarde para Manuel Moreno, mientras que el último recibió la vuelta al ruedo. TOREROS: Manuel Moreno (rejoneador), dos orejas y una oreja Manuel Díaz El Cordobés, dos orejas y una oreja. David Galván, ovación con saludos desde el tercio y dos orejas y rabo. INCIDENCIAS: Más de media entrada en una tarde-noche apacible.
La corrida de toros de la Feria de San Roque resultó entretenida para la más de media entrada que registró el coso sanroqueño que vio triunfar a los tres espadas. David Galván, que actuó en tercer lugar, regaló los detalles más toreros y los momentos de más profundidad. También destacaron las buenas maneras de un joven rejoneador, Manuel Moreno, que a sus 19 años y todavía casi imberbe mostró un rejoneo clásico y unas formas que le pueden llevar a cotas muy altas en un futuro próximo. Asimismo, Manuel Díaz El Cordobés ofreció lo mejor de sí ante un lote con dificultades. En cuanto a la corrida de La Palmosilla, bien presentada, ofreció un juego desigual, destacando el primer toro de la tarde, lidiado por Moreno.
El gran triunfador de la corrida de ayer fue David Galván, quien consiguió cortar los máximos trofeos a su segundo oponente. Una labor del torero afincado en Los Barrios que se comenzó a fraguar ya con su capote. Sobre todo a raíz de un quite por gahoneras en el que resultó volteado, sin consecuencias. El barreño, lleno de raza, volvió a la cara del toro y acabó el quite con mucha verdad encandilando al respetable que se lo agradeció en pie y con fervor. Más adelante, con su muleta, realizó un inicio por bajo muy torero ante un toro con genio y muchas teclas que tocar. Lo sometió a base de valor, llevándolo siempre por abajo y alargándole las embestidas alcanzando momentos de mucha profundidad con la mano diestra.
De mitad de faena para adelante, al toro le costaba seguir la muleta hasta el final, con una embestida irregular, aunque siempre obediente a los toques de Galván. Esa fue la clave para que el gaditano, con tesón, voluntad, bragueta y torería pudiese equilibrar al animal y exprimirlo. Por el lado izquierdo destacó una serie de naturales, de uno en uno -porque el toro no le permitía más- llenos de sabor.
Acabó su faena con otro arrimón, marca de la casa, con cambios por la espalda y circulares que puso, nuevamente, a los tendidos en pie. Una buena estocada que hizo caer al toro sin puntilla le valió para cortar las dos orejas y rabo. Además, la presidencia le concedió al toro el premio de la vuelta al ruedo. Un animal que dio posibilidades pero que no merecía honor.
Con su primero, el 'barreño' ya demostró sus buenas maneras ante un toro con genio pero con transmisión, que apretó siempre para dentro. Una faena que fue demasiado larga y acabó con el toro muy molesto para descabellar, donde perdió los trofeos.
Manuel Moreno, por su parte, que abría cartel, dejó ante su primer astado una carta de presentación excelente. Un rejoneador nuevo, pero con una madurez impropia de su edad -19 años-. Con un toreo clásico destacó con su caballo Ferrari ante un muy buen toro de la Palmosilla -éste sí-, bravo, con ritmo y duración. La faena tomó vuelo y nunca bajó el nivel el sevillano que mató al animal de un buen rejonazo que le sirvió para desorejar a su oponente. Con su segundo, un toro de embestida más desigual, volvió a destacar con Ferrari. Otra meritoria actuación que concluyó con un rejonazo algo caído y que dejó su triunfo en una oreja.
Por último, El Cordobés pechó con el lote de menos posibilidades. Sus mejores momentos llegaron ante el primero de su lote con el que dejó tandas ligadas y templadas con su mano diestra. Por el pitón izquierdo el toro embistió con más temple y largura, aunque soso. Por ese pitón dejó buenos detalles el torero aunque con menos ligazón y profundidad. El Cordobés finalizó su labor con el 'salto de la rana', muy celebrado por los tendidos, y una estocada entera que le aseguró la puerta grande. Su segundo toro, desclasado y deslucido en su embestida, Manuel nunca lo vio metido en la muleta y estuvo aseado, permitiéndole cortar una nueva oreja.
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