Toros

Tarde de pundonor en Los Barrios

La corridas de toros están llenas de matices. Están los matices que saben apreciar los buenos aficionados y profesionales. Y luego los detalles que el público general no se da cuenta. Este último va a pasar una buena tarde, a disfrutar de las actuaciones de los diestros y a pedir las orejas.

Y es que la corrida de Salvador Domecq, cómoda de presentación, obligó a los toreros a echar el resto. A excepción del cuarto, el encierro de Domecq tuvo sus complicaciones y ese "peligro" sordo que el público no ve. Toros que se movian, pero sin clase, que sabían lo que se dejaban detrás de la muleta y con los que los tres toreros tuvieron que andar espabilados.

Tras el paseíllo los tres matadores recibieron una gran ovación, unas palmas que comenzaron para agradecer el esfuerzo de David Galván por reaparecer doce días después de la cornada de Sevilla con los puntos puestos. Y es que los toreros cada día estoy más convencido que son superhéroes.

El contador de orejas lo abrió Juan José Padilla que tragó tela ante un animal que nunca venía convencido en la muleta. Padilla tapó todos los defectos al toro y lo hizó tragando tela y tirando de raza. Y eso que era un toro chico, si llegar a tener cuarenta kilos más y los pitones más grandes . El jerezano lo hubiera pasado peor. Cortó una oreja. Por cierto, a este toro le pegó varias chicuelinas de mano baja de gran estética.

Ante el cuarto, otro toro de bonitas hechuras, Padilla sí que disfutó un poco más que en su primero. Lo recibió con varias largas cambiadas y ecó el resto en banderillas, donde no faltó el para al violín. Brindis emotivo a Manuel Muñoz Sevillita. Con la muleta pegó buenos muletazos al natural, con profundidad. Buen pitón el izquierdo que aprovechó el de Jerez. Por el derecho también sacó buenos muletazos, aunque la embestida del Domecq por este pitón no fue tan buena. Estocada entera, pero tardó en morir. Falló varias veces con el descabello, a pesar de ello paseó la oreja.

El Fandi no defraudó. El granadino es espectáculo seguro. Volvió a demostrar porque es uno de los toreros más poderosos en banderillas. Hasta cuatropares puso en el quinto. Y elpúblico en pie, sobre todo cuando paró al animal andándole para atrás. Espectacular. Paseó la oreja de sus dos toros. Dos animales que también tuvieron mucho que torear., sobre todo el quinto un toro que reponía por el izquierdo. Tragó el granadino. Un cañón con la espada.

Galván hizo un esfuerzo por torear y tuvo su recompensa. Cuajó con el capote a su primero. Verónicas con gusto, abriendo el compás y con la suavidad propia de los toreros elegidos para mecer esta tela. La faena tuvo momentos buenos por el izquierdo. Naturales largos y con temple. Paseó una oreja.

En el sexto, el torero afincado en Los Barrios tragó un quinario ante un astado que desparramaba la vista. Con la muleta estuvo a punto de ser cogido en varias ocasiones. Tiró de raza y pundonor para cortale la oreja. Y lo consiguió. La sonrisa al salir a hombros delataba que el esfuerzo de reaparecer con los puntos frescos mereció la pena. Y es que los toreros son superhéroes.

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