Los herederos de Velasco siguen cosiendo la historia de Sevilla desde 1847
Mauricio Abad, quien trabajó en la tienda de forma incansable hasta los 91 años y convirtió el negocio en su auténtico "hijo predilecto"
El legado bordado en Almacenes Velasco: "El hijo favorito de mi padre siempre fue la tienda"
Ángela Abad se incorporó al negocio familiar nada más terminar la carrera. “Para mí ha sido algo natural —confiesa—. Desde niña, los empleados nos han visto crecer; algunos llevaban más de cuarenta años a nuestro lado”. Esa cercanía, tanto con el personal como con la clientela, es parte inseparable de la identidad de la tienda. “Aquí todavía se llama a los empleados por el apellido, como antes”, sonríe.
Y, como antes, el establecimiento sigue siendo un refugio para costureras, bordadoras y cofrades. “Lo que más se vende es material para hermandades; la pasión cofrade sigue muy viva”, asegura. También han regresado los trabajos artesanales, como el crochet y el punto, aunque de otra manera: “Ya no es como antes, cuando todo el mundo se hacía su propia ropa, pero hay un interés renovado por lo hecho a mano”.