Vivir en Sevilla

Conde de Halcón, bienhechor sevillano (II)

SEGUIMOS recordando a uno de los personajes más singulares de la primera mitad del siglo XX y, sin duda alguna, con más méritos humanos y cívicos que demostró durante su larga vida (falleció con 98 años) como prócer entregado a las obras benéficas en un tiempo donde la beneficencia fue básica para suplir las deficiencias de la justicia social prácticamente inexistente o ineficaz. Para el conde de Halcón, ninguna de sus actividades políticas y benéficas restaron tiempo a su tarea como patrono-presidente del Real Patronato de Casas Baratas y al mantenimiento de las viviendas para obreros del barrio de El Porvenir y su escuela para hijos de obreros.

Antonio Halcón y Vinent (Sevilla, 28 de febrero de 1865-8 de octubre de 1963), primer conde de Halcón, tuvo su segundo mandato como alcalde de la ciudad desde abril de 1922 a agosto de 1923. Fue otra etapa de ensanches que marcó un hito histórico con el derribo del edificio del café-cantante Novedades para abrir la actual calle Martín Villa y propiciar un nuevo ensanche de la plaza de la Campana.

Como miembro del comité organizador de la Exposición Iberoamericana de 1929, contrató a Jean-Claude Nicolas Forestier (Aix-les-Bains (Saboya), 9 de enero de 1861-París, 26 de octubre de 1930) para el ordenamiento de los terrenos de lo que sería el Parque de María Luisa. En su mandato se instaló el alcantarillado en los barrios de la Macarena, San Julián y Campo de los Mártires. Se terminan los ensanches de la Cuesta del Rosario y de La Campana. Se le da un nuevo auge al Real Patronato de Casas Baratas, para paliar el gran problema de la falta de viviendas en la ciudad, iniciándose la construcción de las viviendas de las Cooperativas La Amistad y La Abundancia, entre Nervión y el Prado de San Sebastián, en la avenida de Ramón y Cajal.

Con el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera se suspendieron todos los ayuntamientos de España. La despedida del alcalde Halcón fue multitudinaria y fue largamente aplaudido al salir del Ayuntamiento. Desde entonces se apartó de la política, dedicándose a labrar sus fincas de Lebrija.

Fue elegido presidente del Círculo de Labradores entre 1929-30 y de 1948 a 1952, y nombrado Presidente Perpetuo de dicha entidad (1956-63). A él se le deben las instalaciones deportivas a la orilla del río y la caseta de feria permanente en el Prado de San Sebastián.

Aceptó presentarse nuevamente a la alcaldía, siendo elegido en 1930. En esta ocasión le tocó presidir la liquidación de la Exposición Iberoamericana. Su constante preocupación por el problema de la vivienda quedó patente en la promoción de las barriadas de La Corza y la Huerta de Santa Teresa.

Reproducimos en facsímile el precioso artículo escrito por Joaquín Romero Murube (Abc, 9 de octubre de 1963) con motivo de la muerte del conde de Halcón.

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