Con tranquilidad transcurrió la segunda jornada de Moda de Sevilla donde, a través de tres nuevos desfiles, quedaron ya marcadas algunas tendencias por las que, cara a la próxima temporada, apuestan las firmas desfilantes. Así, Sofía Rivera, por la mañana, presentó modelos entre los que destacaron los pantalones con el conocido ancho de pata de elefante, los escotes abullonados, las mangas rematadas con volantes y, ya en la recta final, una parte de fiesta dentro de la que pudieron verse palabras de honor con cuerpo de sirena y las que, hasta ahora, son dos constantes: blusas con grandes hombreras y lentejuelas en tonos bronce. Un conjunto cimentado sobre una buena confección donde, basándose en ideas originales, los cortes eran ceñidos en la cintura y los escotes bastante generosos. Feminidad en estado puro.

Posteriormente, el pase colectivo de las seis de la tarde mostró las creaciones de Privée (piezas cortas en tonos nude y otras con suaves caídas y dobles capas de tejido y pequeños detalles de strass), Nuribel (correcta en un planteamiento urbano para el que se usaron cuellos redondos más o menos amplios o dos piezas de shorts y chaquetas o pantalón con blusas), María de Cárdenas (cóctel con un corte clásico pensados para clientas que optan por la discreción) y Carmen Acedo (de filosofía también tradicional aunque más insinuante en infalibles combinaciones de blanco y negro como la de una falda globo con top que se convirtió en uno de sus mejores trabajos).

En el cierre de la tarde llegó Color Nude la cual combinó en algunas salidas la mezcla de dos tonos de color que contrastan pero, a la vez, son complementarios y donde, además, encontramos una delicada línea para novias conformada por sencillas túnicas de inmaculado blanco con detalles de cinturones u otros elementos en dorado (otra de las claves en alza). Un buen final para alcanzar el ecuador de este certamen.