Salvador Rojo estrena su nueva casa

SALVADOR ROJO

En 1998, tras dejar su sello en restaurantes de primer nivel en varias ciudades, decidió dar un giro a su carrera y abrir el suyo propio en Sevilla. El chef malagueño empezó así a escribir la historia de Salvador Rojo, un restaurante que durante 13 años ha conquistado al público con su forma de entender la gastronomía. Ahora, da el salto desde la calle San Fernando hasta el número 33 de Manuel Siurot donde, dice Salvador, "por fin estamos en casa".

La inauguración oficial será en la primera mitad del mes de enero pero desde hace unos días ya está abierto al público el nuevo Salvador Rojo. Este cambio de ubicación permite "tener unas mayores y mejores instalaciones donde ofrecer mejor servicio, probar cosas nuevas y seguir trabajando en nuevos platos".

Salvador y su equipo se han mudado a otro enclave de la ciudad cargados con la filosofía que les ha hecho un hueco indispensable en el panorama gastronómico sevillano con sabores tan emblemáticos como su lasaña de cola de toro, que tampoco falta en la nueva carta que se estrena ahora. "Nuestra base de trabajo es la misma: respeto a los productos y respeto a la calidad", asegura el chef.

El nuevo capítulo de la historia de este restaurante viene cargado de atractivos y a su salón principal -con unas 40 plazas y cuya decoración ha sido cuidada al detalle- se suma Bar 33, un espacio donde Salvador Rojo ofrece a sus clientes su "cocina en miniatura". Una amplia variedad de tapas que, acompañadas con uno de los vinos de su extensa bodega, permiten a todos los bolsillos disfrutar de las creaciones de Rojo.

Además, el nuevo restaurante se concibe como un lugar donde poder hacer un alto en el camino a cualquier hora del día, por lo que incluye también en su oferta una carta de café y pastelería artesanal así como cócteles y más de 200 bebidas con whiskies y ginebras de importación.

Cuenta Salvador Rojo que éste es "el proyecto de nuestra vida" y en él han puesto el cariño y la profesionalidad que los ha acompañado desde la calle San Fernando para seguir regalando sabores y experiencias a todo el que se acerque a su nueva casa.