El día que el pueblo cantó

Esta noche se celebra el 75 aniversario del estreno del Himno de Andalucía, que se festejó en la Plaza de San Lorenzo.

Acto en el Ayuntamiento de Sevilla en 1932.
Acto en el Ayuntamiento de Sevilla en 1932.
Juanjo Sánchez-Moruno

14 de julio 2011 - 01:00

14 de julio de 1936. Había pasado ya el Bienio Negro que paralizó cualquier actividad a favor de la autonomía andaluza y el Frente Popular estaba en el Gobierno desde febrero. Quizás, los músicos de la Banda Municipal de Sevilla no eran conscientes del cambio que iba a nacer en Andalucía. El pasodoble La Giralda, del compositor Eduardo López Juarranz, abría la actuación que congregó a una multitud de vecinos en La Alameda de Hércules, que culminó con la presentación del Himno de Andalucía (hasta entonces desconocido) escrito por Blas Infante y armonizado por José del Castillo. Dos días antes ya lo habían hecho en la Plaza de San Lorenzo, pero con menor afluencia.

Con la intención de conmemorar el estreno del himno en la Plaza de San Lorenzo, esta noche se realiza un homenaje en el mismo lugar, aunque con dos días de retraso por "problemas de organización", según el Centro de Estudios Históricos de Andalucía.

Hasta julio de 1936, La Giralda fue utilizada como himno no oficioso de la comunidad. "Este uso suele ser de forma casual, porque se identifica con lo que representa", afirma Rafael Sanmartín, presidente de dicho centro de estudios. "Aunque está dedicado a Sevilla, en aquella época, baluarte de la autonomía".

La actuación de 1936 no fue informal. "Era parte de la campaña por el Estatuto de Andalucía que Infante estaba llevando a cabo no sólo por Sevilla, sino también por Jerez y Cádiz, de la que nacieron propuestas como el Manifiesto de Córdoba", añade. Un recorrido que congregó diversos actos públicos para difundir la obra del andalucismo y el izado de banderas en las instituciones públicas. En la capital gaditana, las inclemencias meteorológicas provocaron más de un problema para la presentación del estandarte. "Tengamos cuidado, no sea que venga un viento y no solo se lleve la bandera, sino también a todos nosotros", espetó Blas Infante en Cádiz.

Tres días más tarde, el 17 y 18 de julio, se alzó la sublevación contra la República Española, paralizando en poco tiempo cualquier sinónimo de autonomía andaluza. El asesinato de Blas Infante la madrugada del 11 de agosto acalló cualquier reivindicación pública. "La obra de Infante es fundamental por haber recogido todo el legado que teníamos como comunidad histórica", añade Sanmartín. Sin embargo, durante el franquismo todo quedó prácticamente en la clandestinidad. "Emilio Lemos fue criticado por reaccionario, pero su posición era totalmente coherente, aunque no podía defenderse porque estaba callado. Sin embargo, se movía por algunas ferias de libros intentando difundir su obra".

Durante años, las tesis y la figura de Blas Infante fue conservada y promovida "por mucha gente de Sevilla, como el periodista Manuel Barrios". La Librería Internacional (calle Villegas) de Lorenzo Blanco se definió, según su propietario, como "sicalíptica y librepensadora", cuando un día acudió una mujer desorientada en busca de un devocionario. En ella, se difundía secretamente las obras de los fundadores de la Patria Andaluza. Esto permitió mantener viva la llama de Blas Infante.

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