El Cid de Sevilla que cabalgó hasta 'Ciudadano Kane': El olvidado cameo de la estatua en el filme de Orson Wells

La famosa estatua que 'campea' a las puertas del Parque de María Luisa tiene una relación bastante desconocida con el cine clásico: Orson Wells inmortalizó su presencia en 'Ciudadano Kane', su buque insignia

¿Por qué el Cid campeó por Sevilla?

La estatua del Cid en Sevilla
La estatua del Cid en Sevilla / Juan Carlos Vázquez

En el Prado de Sevilla, concretamente en la Glorieta de San Diego, a pocos pasos del Parque de María Luisa, se alza una de las esculturas más imponentes de Sevilla: la estatua ecuestre del Cid Campeador, obra de la escultora estadounidense Anna Hyatt Huntington. Fundida en bronce, la figura muestra al legendario caballero castellano montado a caballo, con la lanza en alto y el escudo preparado, en una actitud de ataque que transmite fuerza y determinación. La pieza se sostiene sobre un pedestal de piedra que resalta aún más su majestuosidad.

El monumento llegó a la ciudad como un regalo de la Hispanic Society of America, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929. Anna Hyatt Huntington fue la autora de la obra, pero el vínculo con Sevilla también lo aportó su esposo, el hispanista Archer Milton Huntington, gran impulsor de la difusión de la cultura española en Estados Unidos y responsable de excavaciones en Itálica, donde se fortaleció su relación con la ciudad.

Un obsequio que cruzó el Atlántico

La escultura del Cid en Sevilla no es única: Huntington realizó varias versiones de la misma pieza, que hoy pueden contemplarse en lugares tan diversos como Nueva York, San Diego, San Francisco y Buenos Aires. La versión hispalense fue, sin embargo, la primera que llegó a España, como símbolo de amistad cultural y reconocimiento a la importancia de la ciudad durante la gran Exposición del 29.

El emplazamiento elegido no fue casual. El Ayuntamiento de Sevilla, con el consejo del escultor Mariano Benlliure, optó por situarla en una de las avenidas más nuevas y representativas de la época, que ya llevaba por nombre avenida del Cid. Desde entonces, el caballero castellano forma parte del paisaje urbano sevillano, vigilando el tránsito de vecinos y visitantes en uno de los accesos más emblemáticos del Parque de María Luisa.

Orson Welles descubre al Cid

La historia de la estatua no se detiene en Sevilla. Décadas después, el monumento acabaría dejando huella en la vida y en la obra de uno de los cineastas más influyentes de todos los tiempos: Orson Welles. El director estadounidense, enamorado de España y visitante habitual de Sevilla, quedó impresionado por la fuerza simbólica del jinete de bronce.

El Cid en 'Ciudadano Kane'
El Cid en 'Ciudadano Kane'

Cuando rodó su primera película, la monumental Ciudadano Kane (1941), decidió incluir la escultura del Cid en varias escenas. La estatua aparece en el jardín de Xanadú, la inmensa y desoladora mansión del protagonista, como metáfora visual del poder, la grandeza y, al mismo tiempo, la soledad que rodean al magnate Charles Foster Kane.

La elección no fue casual: el Cid, figura de poder militar y mito de resistencia, encajaba a la perfección en la iconografía de un personaje construido sobre la ambición y la lucha por el legado. La presencia del monumento sevillano en la película establece un puente insólito entre Sevilla y Hollywood, entre la Exposición del 29 y la edad dorada del cine.

El vínculo de Welles con Sevilla

La relación de Welles con Sevilla iba más allá de la mera admiración artística. El cineasta pasó largas temporadas en la ciudad, participó en su vida cultural y llegó a considerarla uno de sus lugares favoritos en el mundo. Décadas más tarde, cumpliría su deseo de descansar para siempre en Andalucía: parte de sus cenizas reposan en una finca de Ronda, propiedad de su amigo Antonio Ordóñez.

Ese vínculo vital explica por qué la estatua del Cid, observada en Sevilla, acabó proyectándose en la gran pantalla como símbolo universal. Para Welles, España y su iconografía caballeresca representaban un universo de pasiones, grandezas y derrotas que se correspondían con el drama de Ciudadano Kane.

Un monumento entre la historia y el cine

Hoy, casi un siglo después de su inauguración, el monumento al Cid Campeador sigue siendo un punto de referencia en Sevilla, aunque no siempre recibe la atención que merece. Miles de personas lo contemplan a diario sin conocer que esta escultura no solo es un recuerdo de la Exposición Iberoamericana, sino también una pieza con un lugar propio en la historia del cine.

La espada que brilla en los atardeceres sevillanos aparece también en blanco y negro en una de las películas más influyentes de la historia. Y así, el Cid de Sevilla cabalga entre la realidad y la ficción, entre la ciudad que lo acogió en 1929 y la inmortalidad que le regaló Orson Welles en Ciudadano Kane.

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