Fitzgerald: La hamburguesa que llega con 'buena vibra' a Nervión
La cadena abre su primer establecimiento en Andalucía
Fitzgerald, la cadena valenciana de hamburguesas donde la buena carne de vaca rubia gallega se transforma en una comida con otro rollazo y buena vibra. El local en sí ya es una declaración de intenciones. Una antigua fábrica de gaseosa en el corazón de Nervión en la calle Luis Montoto, 112 es ahora el local número 29 de una cadena que nació en 2013 en Torrent (Valencia) y que es el primero en Andalucía.
Carlos Gelabert trae a Sevilla su idea de hostelería, fresca y joven pero con una sólida preparación y experiencia. Junto con su hermano Mario son las cabezas pensantes en una empresa que nació en 2013 pero que en cierto modo ha bebido de la extensa trayectoria empresarial del padre de ambos, Juan Carlos, que llegó a ser presidente de la Federación de Hostelería de la Comunidad Valenciana.
Desde aquel primer local en un antiguo Burger King en Torrent, la cadena ha crecido como la espuma. El equilibrio entre calidad y buen producto no pasa desapercibido para el público. No olvidan ese primer Fitzgerald. Por eso, ayer todo tuvo un carácter solidario. Parte de la recaudación se donó a los afectados por la DANA e incluso hubo córners de otras empresas valencianas como Singular, que ha sufrido numerosas pérdidas.
En 2018, fueron reconocidos con el premio a la “Mejor Burger de España” en The Champions Burger Madrid y consolidaron el delivery como un canal clave de ventas, implementando también el The Fitz Truck para llevar su producto a eventos y festivales por todo el territorio nacional. La expansión continuó con aperturas en Alicante y Valencia, alcanzando 10 restaurantes en 2020. Hoy, The Fitzgerald cuenta con una red de 28 locales distribuidos por toda España, con presencia en la Comunidad Valenciana, Madrid, Albacete, Zaragoza y Murcia, y continúa su expansión apostando por la innovación y la experiencia del cliente. “Todo está hecho por nosotros. Diseñamos, escogemos las telas de las lámparas, el grafitero es quien nos pinta los muros, hasta las letras de neon son mensajes que suelen ser muy de nosotros simulando mi propia letra”, explicó Carlos Gelabert.
La diversión está garantizada. Desde los peculiares vasos hasta el casual llevado a la presentación de una hamburguesa que es todo un gustazo para el paladar y donde la brasa se percibe desde el primer bocado al pan, por cierto un brioche hecho expresamente para Fitzgerald con el punto justo de esponjosidad.
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