Una macarena que vende arte en Triana

Se sitúa en el número 49 de la calle Rodrigo de Triana y apenas cuenta con medio centenar de metros cuadros, espacio suficiente para contener una variada oferta de casi cien obras de arte y no abrumar, sino acoger al visitante igual que lo haría cualquier otro establecimiento de la vía trianera, con los que se camufla a la perfección. La pretensión de la Galería-tienda Fátima Marcelo Arte y de su homónima dueña es poner en la calle, al alcance del viandante, del curioso y también del marchante creaciones artísiticas aptas no sólo para cualquier gusto, sino también para cualquier bolsillo.

Arte a tu gusto y medida es el eslogan que figura en la web www.fatimamarcelo.com, donde además de conocer las obras disponibles en la galería se accede a la cartera de artistas con los que cuenta el espacio. "Si no tenemos lo que alguien busca, ponemos a su disposición a nuestros creadores", explica la artista sevillana Fátima Marcelo Herrera, quien se esforzó en que el espacio, otrora un ultramarinos, no perdiese la cercanía con el cliente propia de ese establecimiento tras la reforma. Sus obras se unen a las pinturas de José Luis Romero, los motivos taurinos de Antonio Marcelo, las esculturas de Miguel Vareda, las cerámicas de Teresa Aguilar, los libros de ingeniosas ilustraciones de Gorka Velasco y las fotografías de Andrea Guerra.

La idea es que se ofrezcan en la tienda productos artísticos y asequibles de varias disciplinas. Desde una pequeña libreta encuadernada artesanalmente y pintada a mano con acuarela, por 4 euros, pasando por un pañuelo de seda decorado manualmente, por unos 60 euros, a un lienzo de la exposición que la dueña tituló Embarcaciones, por 750 euros. Todos los productos contenidos entre la cal de la paredes del interior y el cristal de las dos exteriores, que dejan al descubierto las obras de arte al paseante durante la noche, están a la vista y a la mano del cliente.

Fátima Marcelo vive en La Macarena, pero encontró en Triana el lugar perfecto para dar vida a su iniciativa. Fue en este emblemático arrabal donde decidió hace meses dar un vuelco a su trayectoria profesional. Después de una vida dedicada a la decoración de muebles artesanos y a la producción artística, con este nuevo proyecto pretende no sólo dar salida a sus creaciones sino a la de consagrados y jóvenes valores convirtiendo su galería-tienda en un contenedor para compatir. La inauguración del espacio en junio le permitió serenarse durante el verano y afrontar la nueva temporada con recato e ilusión. Entre las ideas que la rondan está aromatizar la tienda e incluso vender el aroma "como se hace en los grandes museos como el Prado", dividir la sala por autores o realizar actividades culturales tales como proyecciones o encuentros, sin dejar por ello de seguir también creando.