¡Pulso entre iguales!

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El Cajasol llega al Buesa con la cabeza alta y el deseo de romper la inercia negativa en sus viajes a Álava para medirse a un Laboral Kutxa menor con el que va de la mano en la Liga.

Porzingis y Radicevic arrastran sus respectivos 'trolleys' por el complejo deportivo de San Pablo.
Porzingis y Radicevic arrastran sus respectivos 'trolleys' por el complejo deportivo de San Pablo.
Juan De La Huerga

23 de marzo 2014 - 05:02

Vitoria no se le ha dado casi nunca bien al Cajasol y poco o nada se puede achacar a los sevillanos cuando han visitado a uno de los grandes del baloncesto español en los últimos 15 años. El Laboral Kutxa, Baskonia para los nostálgicos que echan mano del nombre del club y no del patrocinador, sólo pinchó una vez contra los sureños en su feudo en la última década y media. Sin embargo, y aunque no sea así por historia, presupuesto, masa social, relevancia mediática y palmarés, el pulso de esta tarde en la capital del País Vasco es entre dos iguales, según dicta la clasificación: 12 victorias y 11 derrotas tienen unos y otros, séptimos son los baskonistas y octavos los cajistas.

La diferencia, en cualquier caso, es tan abismal entre el Laboral Kutxa y el Cajasol que llegados a estas alturas de la temporada, vigésimo tercera jornada, sólo dos veces desde la campaña 99-00 el equipo sevillano ha estado igual o mejor que el vitoriano: la primera fue en aquella temporada antes mencionada, la segunda de Javier Imbroda en San Pablo, cuando los hispalenses eran líderes -sí, han leído bien, líderes-, con 18 victorias y 5 derrotas, y los alaveses estaban cuartos con un balance de 15-8; tres años después (02-03), el Caja marchaba undécimo con 11-12 y el entonces Tau iba un puesto por detrás con 10-13.

Resulta que 13 años más tarde van los dos de la mano por el flojo rendimiento del conjunto de Sergio Scariolo, muy ramplón en una competición que sin duda ha bajado mucho el nivel respecto a no hace demasiado tiempo.

Este Cajasol que ya no teme a casi nadie, y que sueña con el play off con menos de un tercio de competición por delante, se recuperó del angustioso inicio liguero, con pleno de derrotas en las tres primeras jornadas, destrozando al Baskonia en San Pablo con un triunfo por 20 puntos (82-62). No significa nada, simplemente que en el Buesa estarán preparados para recibir a la revelación de la Liga Endesa. Ya saben la joven escuadra de Aíto García Reneses que el triunfo valdría doble, pues el average particular sería para los cajistas.

La presión, a pesar de sacar adelante partidos muy comprometidos como los de Fuenlabrada o Bilbao en los últimos segundos, sobre todo el segundo con el triple final de Satoransky, no es buena compañera de viaje del Cajasol y desde el primero al último de los jugadores cuelgan el cartel de favorito al Laboral Kutxa. Los vascos sí que tendrán que salir mentalizados de que un resbalón haría mucho daño con 10 jornadas por delante y quizás acusen esa responsabilidad, además de que se están mostrando muy débiles, principalmente en defensa.

El Cajasol tiene fe en que pueda asaltar el recinto vitoriano, pero opta por ir con la piel de cordero, papel en el que se encuentra mucho más cómodo que cuando va de favorito, como le ocurrió en los tres primeros cuartos ante el colista, CB Valladolid, el pasado sábado.

Desgranando al equipo de Scariolo, la pieza esencial en ataque es Tibor Pleiss. El gigante sobresale dentro de la pintura y deberán redoblar esfuerzos por frenarlo tanto Ondrej Balvin como Willy Hernangómez, pero la baza cajista es los baskonistas sólo disponen del joven Diop como recambio del alemán; Nocioni también cuenta con un rol muy destacado, aunque la temporada se le está haciendo larga; Mainoldi ha sido hasta pitado por su afición; San Emeterio ha bajado mucho; Hanga y Jelinek no son primeros espadas; Causeur va por días, y los bases, Heurtel y Poeta -una vez despedido Hodge-, no están dando la talla.

En este anómalo pulso entre iguales, ya que nadie esperaba que el Laboral Kutxa estuviera tan atrás y tan arriba el Cajasol, los sevillanos pretenden dar la sorpresa en un feudo que en muchas ocasiones le ha dado la espalda. Toca defender, obvio, a un equipo al que le gusta tirar y tirar. A pocos puntos se incrementan las posibilidades hispalenses. Gestionar bien las pérdidas y ayudar en la anotación a Satoransky y Bamforth también serán claves a tener muy en cuenta.

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