Deportes

El premio exige tensión

  • El Sevilla viaja a Miranda en busca de sus séptimas semifinales de la Copa en lo que va de siglo. Marcar es clave para que el rival no se enardezca y convierta Anduva en un avispero.

La tensión, en su vertiente positiva de máxima concentración, va en el bagaje que el Sevilla cargará hasta Miranda de Ebro cuando embarque, en la mañana de hoy, en el vuelo que lo trasladará a Vitoria. En juego están unas semifinales de la Copa del Rey, que serían las séptimas del presente siglo, y el premio exige que cada uno de los integrantes de la expedición se tome el partido como lo que es, un serio examen parcial en busca de la mejor evaluación final. Unai Emery se ha encargado de recordar, una vez más, que el exceso de confianza no es el mejor compañero de viaje, ni siquiera para ir a rematar una eliminatoria que parece bien encarrilada ante un rival de Segunda División.

Que esa tensión acompañará al Sevilla en el vuelo chárter y en el autobús que posteriormente lo trasladará hasta la ciudad burgalesa parece seguro a tenor de los mensajes del entrenador. Pero también será necesario afrontar la cita con el claro objetivo de marcar algún gol. El Mirandés no es el Atlético y eso le permitirá al equipo blanquirrojo salir con más descaro al ataque. De otra forma, por mucha concentración que haya, cualquier contingencia puede torcer un rumbo que parece bien marcado. Un penalti, una expulsión, una jugada desafortunada o una acción de mérito de un rival que ya mostró sus cartas hace una semana pueden convertir Anduva en un avispero de imprevisibles consecuencias. Y esa contingencia puede suceder en el minuto 5 o en el 85. Es ley del fútbol y también el fútbol dicta que el equipo teóricamente superior debe mostrar su rango de la mejor forma posible.

Así las cosas, y según se colige de las palabras de Emery, todo indica que el Sevilla sacará un equipo competitivo con el que enfriar la tibia esperanza que el Mirandés tiene de levantar una eliminatoria a la que ya se encargó de echarle un jarrito de agua fría Vitolo con su gol prostero en la ida.

Para que ese gol del canario certifique la trascendencia que todos le dieron el jueves pasado, el conjunto de Emery está obligado a refrenar el ímpetu del entusiasta Mirandés metiéndole el miedo en el cuerpo más pronto que tarde, y si en ese empeño logra hacer un gol, pues mucho mejor y a pensar en el Levante.

En busca de ese logro, el Sevilla acude a su cita en Anduva con lo mejor que tiene. En esta ocasión, las dolencias menores de Banega, Krohn-Dehli y Tremoulinas han librado al entrenador de la desagradable tarea de tener que realizar descartes, más allá de la habitual de Luismi. De esa seria convocatoria debe salir también un serio once titular con el que competir ante un Mirandés que ya ha avisado de que no saldrá a lo loco porque querrá mantener abierta la espita de la esperanza cuanto más tiempo mejor, y para ello debe dejar cerrada su portería. Porque su idea de abrir el marcador antes que el Sevilla le puede valer para acelerar los pulsos lo mismo en el minuto 8 que en el 85...

La seriedad con la que afronta el Sevilla la cita no implica que pueda darle descanso a algún jugador necesitado. No sería extraño que, por ejemplo, dado el buen rendimiento que están dando N'Zonzi y Cristóforo, Krychowiak espere en el banquillo. Febrero, si el Sevilla logra el pase a las semifinales, se presenta de nuevo cargadísimo de partidos de máxima intensidad y ahí el polaco no podrá descansar prácticamente ni un día. Por lo demás, habrá alguna rotación en la defensa; en las alas, donde Reyes debe tener sitio y la duda es si Emery le dará otra oportunidad a Konoplyanka; y en ataque parece lógico que juegue Gameiro tras el esfuerzo de Llorente en Madrid, aunque el francés no se ejercitó el lunes por unas pequeñas molestias. Juan Muñoz también viaja. Y enfrente, el Mirandés podría repetir el equipo, con alguna variación, que tan buenas sensaciones dejó en Nervión. Llega espoleado por su triunfo en Zaragoza y tiene su idea de partido. Contra ella deberá jugar el Sevilla, con la tensión que exige el premio.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios