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Christophe Coin. Violonchelista

"La Orquesta Barroca de Sevilla ha afianzado su fama en España"

  • El prestigioso maestro y solista francés dirige hoy a la OBS en el segundo concierto de su temporada, con el que concluye en la Sala Joaquín Turina una gira apoyada por el CNDM.

La Orquesta Barroca de Sevilla (OBS) conmemora esta semana el tercer centenario del nacimiento de Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788) con una pequeña pero intensa gira de conciertos apoyada por el Ministerio de Cultura que arrancó el jueves en Salamanca, continuó ayer en el Auditorio Nacional de Madrid y hoy concluye a las 20:30 en la sala Joaquín Turina. La formación regresa a casa junto a uno de sus colaboradores más célebres y habituales de los últimos años, el violonchelista francés Christophe Coin, quien además de dirigir tocará dos conciertos del Bach de Berlín. El programa, que cuenta además como concertino y solista con el violinista barroco Dmitry Sinkovsky, se completa con obras de compositores españoles (García Fajer), españoles de origen (como el austriaco Ordóñez) o por adopción (Facco). Recién llegado a Madrid, Christophe Coin (Caen, 1958) atiende por teléfono a las preguntas de este medio en un español impecable.

-¿Qué valoración ha podido hacer ya de estos conciertos con la OBS tras el estreno en Salamanca?

-El debut ha sido un gran éxito. El ciclo del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM) funciona muy bien en Salamanca y la sala estaba llena de un público entusiasta. La Orquesta Barroca de Sevilla ha afianzado su fama en España. Todo salió tan bien que nos animamos a tocar la propina de Haydn, el Adagio Cantabile de la Sinfonía nº 13 que grabamos en el sello de la OBS.

-El programa apura la efeméride de Carl Philipp Emanuel Bach, en estas últimas semanas que restan hasta final de año, y combina sus partituras con obras de maestros españoles de estilos muy diversos. ¿Qué le atrae más de esta combinación?

-Yo interpreto como solista los dos conciertos de C.P.E. Bach y Dimitri hace el resto, que es música de compositores españoles más sencilla pero de referencias interesantes. Ese contraste funciona bien con las obras de C.P.E. Bach, un compositor muy especial en la historia de la música. En los conciertos que escribe siempre va al límite del tema que utiliza, es un autor fuera de lo común, con un mundo propio muy intenso y bastante más desconocido que su hermano Johann Christian, que escribía una música más normal.

-Como colofón de su reencuentro con la OBS grabarán los dos conciertos de cello solo de C.P.E. Bach en DVD. ¿Qué les llevó a valorar esta opción?

-Desde hacía años Pedro Gandía venía comentándome que tenía el deseo de recoger estos conciertos para cello. Hemos interpretado juntos alguna vez el Concierto en La Mayor, los otros no. Al final el proyecto meramente discográfico ha dado paso a la grabación de un DVD con cámaras, más basado en la imagen. Me parece una buena idea porque como es una música bastante repetitiva es interesante poder ver tocar a los músicos y, al no haber una versión de este tipo, para la orquesta también es una buena propuesta.

-Aunque la figura de C.P.E. Bach venía reivindicándose en los últimos años, la efeméride ha dado un impulso decisivo a su catálogo. Como violonchelista, ¿qué aspectos de su música encuentra más atractivos?

-Todos los violonchelistas tocamos las suites para violonchelo de Johann Sebastian Bach pero no ocurre así con los conciertos del hijo, que no son muy brillantes para este instrumento. C.P.E. escribió tres versiones de estos conciertos (para clave, flauta y chelo), usando idiomáticamente técnicas muy diferentes para cada instrumento. El concierto para clave tiene más variaciones y notas para rellenar. El violonchelo hace un canto más sencillo pero más lírico también, sobre todo en los adagios. La tesitura para chelo es bastante grave y eso puede plantear problemas de balance con la orquesta, por lo que han sido escasamente conocidos y tocados hasta hace poco.

-En 1984 fundó el Quatuor Mosaïques junto con los austríacos Erich Höbarth, Andrea Bischof y Anita Mitterer, con los que ha registrado algunas de las aproximaciones más sugerentes a la obra de cámara de Haydn, Mozart, Schubert y Beethoven. Acaban de regresar de una gira por Japón y Norteamérica. ¿Qué impresiones ha recogido?

-Hemos estado tres semanas de gira y me ha llamado la atención que en Japón sigue habiendo un ambiente muy potente para la música de cámara, con públicos fieles de todas las edades, muy al corriente de las últimas grabaciones. En cambio, tanto en Europa como en Norteamérica resulta bastante más difícil atraer a la gente joven a los conciertos. Quizá España sea una excepción y en Salamanca el público me ha parecido más diverso que en Francia, donde es mucho más elitista y minoritario. Con Mosaïques acabo de grabar los dos últimos cuartetos de cuerda de Beethoven en coproducción con el Konzerthaus de Viena. Nos gustaría hacer en tres años la integral, un reto muy interesante para un cuarteto que lleva 30 años unido.

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