Cultura

En busca de las fuentes de Falla

Femás'15. Euskal Barrokensemble: Rocío Márquez, voz; Miren Zeberio, violín barroco; David Chupete, percusión; Pablo Martín Caminero, violone; Enrike Solinís, guitarra barroca, ud y dirección. Programa: 'El amor brujo 1715'. Lugar: Sala Joaquín Turina. Fecha: Jueves 26 de marzo. Aforo: Dos tercios.

Enrike Solinís es músico de talento desbordante y con conocida facilidad para el diálogo entre estilos. En su carrera ha mostrado además una querencia muy especial por los colores y ritmos del sur, por lo que su elección para este homenaje al Amor brujo de Falla en el centenario de su estreno parecía apuesta segura. Tranquilizaba también la presencia de la joven cantaora onubense Rocío Márquez, que se está distinguiendo por un trabajo que, sin renunciar al flamenco más clásico, busca permanentes puntos de contacto con una modernidad si se quiere transgresora.

Más allá de la justificación musicológica y filosófica de un proyecto arriesgado como este, que busca sondear en las fuentes antiguas y populares de la obra del maestro gaditano, lo que acabó imponiéndose fue la sensualidad rítmica y melódica de una música que fluyó con absoluta libertad desde el Mediterráneo oriental hasta las danzas hispanas del Barroco, entrelazándose con desarmante naturalidad con Falla y Rodrigo.

Solinís, virtuoso, elegante y musical como siempre, estuvo espléndidamente rodeado por un soberbio y cómplice Martín Caminero, más en clave jazzística que nunca, una Zeberio de extraordinaria variedad de recursos y un Chupete arrebatado para ofrecer un trabajo instrumental de irresistible fuerza expresiva. Rocío Márquez cantó a Falla con una franqueza que hizo compatible con una emoción que si la mayor parte del tiempo pareció soterrada, emergió arrolladora en los momentos en los que su voz se recogía de forma prodigiosa.

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