El ritmo como línea de confluencia y unión entre la música y la danza es el punto de partida que emplea el violinista, director y compositor Bruno Axel para poner en marcha su nuevo proyecto artístico, donde hibrida danza clásica, baile contemporáneo y flamenco mediante un hilo musical común.

Doce tiempos, como ha titulado el músico granadino este trabajo -que verá la luz por primera vez esta noche en el Monasterio de San Isidoro del Campo- , no es la primera vez en la que Axel pone banda sonora a un espectáculo de baile. Este prometedor artista andaluz, además de atesorar una carrera internacional a sus espaldas como compositor y director, lleva dos años presentando en el Teatro de la Maestranza Música en movimiento, un proyecto que comparte esta filosofía.

Violín y violonchelo eléctricos, cajas de música o cuencos tibetanos son algunos de los instrumentos de los que se vale Bruno Axel junto a su hermano Sancho Almendral en este programa que incluye desde composiciones propias de los dos hasta piezas de Johann Sebastian Bach.

Una obra que consigue captar la esencia común de varios mundos sin llegar a componer un galimatías. "No hemos querido caer en el tópico de hacer una fusión, porque al final, individualmente uno no luce", exponía ayer en la presentación del espectáculo Raúl Heras, coreógrafo y bailarín de Doce tiempos, que protagonizó con Bruno Axel la última entrega de Música en movimiento.

"Se trata de una traducción del lenguaje de cada uno pero sin llegar a la imitación", añadía Heras a propósito de esta combinación de líneas artísticas que, siempre en torno a una base rítmica común, deja brillar con luz propia a bailarines de distintas disciplinas.

Y es que junto al baile de Raúl Heras se podrá disfrutar de los movimientos de Patricia Guerrero, la ganadora del Giraldillo a la artista revelación de la penúltima edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla. Una bailaora versátil que, partiendo del flamenco, trabaja también una danza más estilizada y contemporánea.

Doce tiempos, como explica su director, juega en todo momento con el concepto temporal como elemento conductor, desde lo simbólico -12 meses, 12 apóstoles, 12 horas diurnas y 12 nocturnas...- hasta el propio tempo de la música, como sucede con la alternacia de distintos compases en el caso del flamenco.

Esa sorprendente conjunción de formatos y estilos que ha querido recoger Axel en Doce tiempos construye, según Raúl Heras, "un paisaje de ritmos muy locos, vivos y variados" que llenará el espacio de San Isidoro del Campo hoy a partir de las 22:30 y el jueves a la misma hora, como uno de los estrenos absolutos y reclamos más atractivos del Festival Internacional de Danza de Itálica.