Provincia

Los feriantes ingresan un 40% menos por la crisis y la supresión de las fiestas

  • La Asociación de Empresarios ha ofrecido convenios con los que asume el coste de montaje, que ha salvado fiestas importantes, como la de Carmona. Coria lo rechazó.

La decisión de no celebrar una feria es siempre espinosa para un ayuntamiento. En parte, porque son conscientes de que se trata de uno de los aspectos más lucidos de la gestión del gobierno de turno -los dispendios de los años de bonanza dan fe de ello- y porque, en algunos casos, son celebraciones de profundo arraigo, como pasa en el caso de Coria del Río, donde la feria no se celebrará en su edición de este año, que sería la número 175. Pero también porque suponen un revulsivo para las maltrechas economías locales que se está reivindicando allí donde, bajo la excusa de que no hay dinero público para montajes o que la decisión política es destinarlo a otros fines, se ha optado por anular.

Los terceros en discordia son los feriantes, el sector de los cacharritos, que aglutina en la provincia de Sevilla a cerca de 300 propietarios, algunos de ellos con varios negocios, lo que multiplica la mano de obra afectada a más de 600 personas, teniendo en cuenta a un operario por cada uno de ellos. El gremio asegura que está haciendo un esfuerzo ímprobo por colaborar con aquellos municipios que están en una situación más precaria para que saquen sus ferias adelante, asumiendo en algunos casos al completo los gastos de montaje.

Ello pese a que sus ingresos han caído este año entre un 30% y un 40% con respecto a 2009, sobre todo por la situación económica, pero también por la suspensión de algunas de esas fiestas, que obliga a los feriantes que habían reservado diez días de la temporada para acudir a ellas -lo que dura la fiesta más el viaje y el montaje y desmontaje- a permanecer cerrados, pagando a sus trabajadores, pero sin ingresar. Ya en la Feria de Sevilla, la recaudación bajo al 50%. Es la peor temporada. El 90% de los afectados por la suspensión de las ferias en más de una decena de municipios sevillanos son empresarios de la propia provincia, que son los que se desplazan a estas fiestas menores en tamaño. Sólo las mayores ferias, como las de las capitales y las de ciudades como Algeciras o Jerez, atraen a industriales de más allá del límite provincial o de la comunidad autónoma.

Según explica Rafael García, presidente de la Asociación de Empresarios Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla, son bastantes los municipios para los que el asesoramiento de la entidad ha sido determinante para que la feria se celebre este año. Así, asegura que han ofrecido convenios mediante los cuales son los feriantes los que asumen todos los gastos de montaje -alumbrado, fuegos artificiales, hilo musical, cita-. El Ayuntamiento sólo pone el terreno. El coste que supone todo ello se reparte de forma proporcional según los metros cuadrados que ocupa cada empresario con su atracción, a los que desde la asociación se les aconseja que son tiempos duros para el negocio, pero que hay que afrontarlos, como en otros muchos sectores, y tirar para adelante.

Según García, este modelo es el que se ha aplicado, por ejemplo, en Carmona, por citar una de las ferias importantes de la provincia, donde los feriantes han cedido además más de 4.000 fichas al Ayuntamiento para que las reparta entre familias en las que los padres están desempleados. También en Isla Mayor. En Los Palacios ha habido un convenio similar, aunque con un solo industrial en este caso. El modelo se ha propuesto sin éxito en Coria del Río, pero, según Rafael García, el Consistorio no lo ha considerado y ha decidido no hacer su feria este año. No obstante, asegura que el área de festejos ha emplazado a la entidad que preside a sentarse en el mes de octubre para analizarlo de cara a próximas ediciones.

García explica que la clave del éxito de estos convenios está en los precios más ventajosos que la asociación logra con las empresas de iluminación, por ejemplo, debido a que paga desde el momento en que se encienden las bombillas y no como los ayuntamientos. La demora se traduce en mayores costes para la administración pública.

Evidentemente, los montajes que están asumiendo los feriantes son también más austeros -menos arcos de luces, pequeños pórticos en vez de portadas-, pero a los que los vecinos tampoco le dan más importancia, en última instancia. "De toda la vida, las ferias han sido la caseta municipal y los cacharritos", defiende el presidente de la asociación, nacido hace 61 años en la antigua feria de septiembre de Córdoba, bautizado unas semanas después en la de Jaén y que ahora, con cuatro hijos en el sector, vive en Dos Hermanas.

Para García, pues, las razones esgrimidas por Coria -apenas medio centenar de casetas iban a montar de las 87- es peregrina. "¿Por qué no puede haber una feria con pocas casetas?", se pregunta, y subraya que en el montaje de estas fiestas o con el trabajo temporal que generan, por ejemplo, en la hostelería hay familias que viven varios meses con lo que ingresan en unos días. Más en estos tiempos inciertos.

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