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Sevilla

El fantasma de la hambruna infantil se aviva con el verano

  • La Defensora del Pueblo pide a las comunidades que abran los comedores escolares en la época estival

Llega el verano, los colegios cierran y son muchas las familias que pierden la garantía de que sus hijos coman una vez al día. No se trata de un titular tremendista. Es la realidad que se vive en muchos barrios de Sevilla, donde la sangría del paro ha esquilmado los recursos domésticos hasta convertir en imprescindibles los comedores escolares. Por tal motivo, la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, ha instado a las comunidades autónomas a que establezcan medios para que este servicio se mantenga durante el periodo estival. A dicha petición se ha sumado la plataforma Tres Barrios-Amate, una de las zonas más sacudidas por la crisis en la capital andaluza.

De ser un servicio para facilitar la conciliación familiar y laboral a convertirse en un medio para evitar la hambruna infantil. El comedor escolar se ha convertido en imprescindible para numerosas familias. Esta situación se puede extender a cualquier ciudad de España, pero en el caso de Sevilla son más de 20.000 niños en riesgo de exclusión social los que tienen garantizada, al menos, una comida al día gracias al almuerzo en los colegios.

Sin embargo, cuando llegan las vacaciones de verano muchas familias se quedan sin este recurso. Este hecho ha motivado que la Defensora del Pueblo haga un llamamiento a las consejerías de Presidencia autonómicas -ya que los gobiernos regionales tienen transferidas las competencias en educación- para que los comedores escolares atiendan durante la época estival a los menores en situación de mayor vulnerabilidad. El objetivo, en palabras de Soledad Becerril, es que los niños en riesgo de exclusión social no se vean privados de una alimentación adecuada cuando acabe el curso.

Para Becerril, "garantizar esta adecuada alimentación infantil debe ser una prioridad para todos los poderes públicos, un esfuerzo con el que debe comprometerse el conjunto de las administraciones".

La situación es de sobra conocida en algunos barrios de Sevilla en los que la tasa de paro ha provocado que familias enteras estén sin trabajar y, por tanto, con ingresos mínimos para sobrevivir. El comedor escolar supone para muchos de estos padres un auténtico alivio en la economía hogareña, un servicio al que en la mayoría de las ocasiones acceden de manera gratuita.

Los vecinos de los barrios Tres Barrios, La Candelaria y Amate han solicitado que se mantenga la apertura de los comedores durante el verano. Así lo ha confirmado a este periódico el portavoz de la plataforma que agrupa a las entidades vecinales de esta zona, Fernando Armas, quien recordó que hace un año la Junta organizó varias escuelas de verano en las que se servía comida a los menores. "No eran propiamente un comedor, pero sí garantizaba que los niños comieran una vez al día", explica Armas, quien exige al Gobierno autonómico que de nuevo se pongan en marcha estas escuelas. "Por ahora no hay intención de que esto se lleve a cabo, y las condiciones económicas de las familias no es que se mantengan igual, es que incluso han empeorado", afirma el portavoz de la plataforma.

La última asamblea de dicha entidad, celebrada en mayo, sirvió para poner de manifiesto el problema, para el que exigen "una urgente solución". Según se expuso en el encuentro, en la zona hay 350 niños que acuden a los comedores escolares. La mayoría de ellos (314) lo hacen de forma gratuita ante los escasos recursos de sus padres, mientras que otros 26 sólo pagan una parte. Los comedores habilitados se encuentran en los colegios públicos Victoria Díez, La Candelaria y el SAFA Blanca Paloma, en el que dicho servicio es concertado. "Tenemos clara conciencia de que en nuestros barrios esta carencia supone un auténtico drama por el que centenares de niños a partir de las semanas próximas se encontrarán en un riesgo de subalimentación", sentencia Armas.

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