Sevilla

Zafarrancho de limpieza en 'Las Vegas' ante el riesgo de epidemia

  • La comisionada para el Polígono Sur admite que "ha habido dejación" por parte de las administraciones y también de la ciudadanía para llevar al barrio al estado de "gueto" actual.

Polígono Sur. Diez y media de la mañana. Un grupo de trabajadores de Lipasam barre las calles. Van enfundados en monos blancos y cubren sus rostros con mascarillas. Portan unas máquinas sopladoras conectadas a unas mochilas a la espalda que les hacen parecer una especie de cazafantasmas sacados de Nueva York y teletransportados a Las Vegas. Pero no a las de Nevada, sino a las del Polígono Sur. No a la ciudad de los casinos, sino a la de las aguas fecales empantanadas en las aceras, la de los yonquis ocultos hoy porque la Policía acompaña a Lipasam en su despliegue, la de las ratas muertas en las calles... "Un lugar más propio del Tercer Mundo que de la ciudad más importante del suroeste de la Unión Europea", como definió el delegado de Bienestar Social y Salud, Juan Manuel Flores.

Una gallina y sus tres pollitos huyen de las sopladoras de Lipasam. Atraviesan un charco de putrefacción que se origina en un salidero de aguas residuales que emana de uno de los soportales. Es la primera vez que la empresa municipal limpia estas zonas porque no se consideran parte de la vía pública y su limpieza corrresponde en teoría a las comunidades de vecinos. Sí lo hace habitualmente en las calles del barrio. Pero Las Vegas es un sitio en el que no hay comunidades en los bloques o, si las hay, poco pueden hacer más allá de estar constituidas e intentar que no todos sus miembros dejen sin pagar las cuotas.

Por ello, el Ayuntamiento de Sevilla inició ayer un plan de choque para retirar todas estas aguas fecales, desinsectar y desratizar toda la barriada, que oficialmente no se llama Las Vegas sino Martínez Montañés. Este plan estaba previsto para septiembre, cuando se inicien las obras de rehabilitación de las zonas comunes de varios bloques y la integral de uno de los edificios que está actualmente vacío.

Sin embargo, las altas temperaturas y el riesgo de epidemias ha llevado a las administraciones a adelantar todo este proceso de limpieza, en el que durante cinco días participarán 18 operarios y 11 máquinas, y que se completará con un trabajo educativo con los niños, a los que se les enseñará mediante juegos que no deben arrojar la basura en la calle, ni dejar comida para animales que pueda atraer insectos y ratas.

El edil Flores y la comisionada para el Polígono Sur, María del Mar González, observan el trabajo de los empleados de Lipasam refugiados del sol en unos soportales. Ambos atienden a la prensa y su discurso sorprende un poco por su dureza, cargado de autocrítica en el caso de la comisionada. Es raro ver a políticos o a altos cargos dependientes de una administración admitir que es "intolerable" que haya un lugar así en Sevilla, como expuso el edil de Salud, o que "Las Vegas es un gueto", como dijo María del Mar González.

"¿Que por qué se ha llegado a esta situación? Si ustedes van más allá verán una zona rehabilitada y que se mantiene (en referencia a las 854 viviendas, otra zona de Martínez Montañés). Se hizo un trabajo intensivo con las comunidades de vecinos y los efectos se ven. Pero a partir de los años 2010 y 2011 los fondos se mermaron absolutamente. El trabajo no ha tenido la continuidad que debiera. No se ha rehabilitado nada ni trabajado con las comunidades. Ha habido dejación por parte todo el mundo. Todos somos corresponsables, tanto las administraciones como la ciudadanía, de la situación de indignidad e insalubridad a la que está sometido este barrio. Pero hoy por hoy todos somos corresponsables de su solución".

La solución pasa por mantener limpio el barrio al menos hasta finales de septiembre, cuando está previsto que empiecen las obras de rehabilitación parcial de varios bloques y total de uno de los edificios, que está vacío y es actualmente un refugio de toxicómanos. Otros dos inmuebles serán derribados y levantados de nuevo en los próximos años. El plan cuenta hasta finales de año con una inversión de cinco millones de euros, aportada por la Junta y el Estado, a la espera de una mayor cantidad de dinero que debe llegar de la UE. Una vez rehabilitados los bloques, habrá que rehabilitar a quienes viven dentro, "una prioridad para el gobierno local" que pasa por reforzar los servicios sociales.

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