Todos los días Tarik Amani se levanta temprano para coger el Metro a las siete de la mañana en la estación Los Príncipes. Forma parte de su rutina diaria. Trabaja en un supermercado de San Juan de Aznalfarache y, aunque el tranvía le facilita el transporte, necesita realizar parte del trayecto en bicicleta porque desde la estación hasta su trabajo hay mucha distancia. Hace unos días operarios del Metro le dijeron que, a partir del próximo lunes, ya no podrá meter la bicicleta en los trenes, al menos en horas puntas, a no ser que su bici sea plegable o que coja el Metro en las estaciones periféricas, esto es, en Ciudad Expo, San Juan Bajo, Pablo de Olavide y Condequinto, donde tendrán la entrada restringida a dos vehículos por vagón.

Tarik Amani es uno de los afectados por la nueva normativa de Metro de Sevilla y para nada se muestra conforme con la idea de no poder usar la bici para ir a trabajar. "Si el lunes no me dejan meter la bici tendré un problema", se queja y asegura que a las horas en las que utiliza el Metro los trenes nunca van llenos y siempre hay espacio para todos. "Si es verdad que la gente se ha quejado, la solución no puede ser prohibir la entrada de bicis", reprocha.

Ante la falta de indicaciones y reglamentación al respecto, en los últimos meses ha aumentado el número de bicicletas en los vagones del Metro, lo que ha provocado malos entendidos y ciertas quejas entre algunos usuarios. No obstante, la mayoría de los ciclistas no están conformes con esta nueva norma. Y, entre los usuarios que se mueven a pie, sólo algunos creen que debería prohibirse la entrada de bicicletas totalmente, pero para la mayoría las bicis no son una molestia.

En la Amsterdam del Sur, como algunos quieren llamar a Sevilla, cualquier tema relacionado con las bicicletas hiere la sensibilidad de algunos sevillanos que están "hasta el gorro" de estos vehículos. Y, aunque el tema sea la entrada de ciclistas en los vagones del Metro, algunos no pueden evitar extrapolar el discurso a las obras del Sevici, como Rosario Pimentel, quien se queja de que parezca que se le dé "preferencia a los ciclistas sobre los peatones" y piensa que aunque la norma impida la entrada de bicis, "no va a ser posible controlarlo y a la larga seguirá igual".

Antonio Lozano, un usuario habitual del Metro, confirma que en los últimos días ha aumentado el número de bicicletas en los vagones, aunque el problema para él son las bicis y "los carritos de niños, que ocupan mucho espacio". Para este viajero lo mejor sería "prohibir totalmente la entrada de bicicletas a los vagones, como en el Metro de Madrid". Por el contrario, Ángeles González, ciclista, no entiende la nueva norma, que le parece "absurda". Todos los domingos sale con sus hijas a pasear con las bicicletas y utilizan el Metro. Aunque ella asegura no haber tenido nunca ningún problema con la bici, "porque los domingos hay poca gente", vio cómo varios usuarios increpaban a un ciclista que había ocupado los asientos plegables con su bici. No obstante, Ángeles tampoco cree que esta nueva norma sea útil y piensa que se debería dar otras soluciones antes que prohibir la entrada de bicicletas.

Esta semana la asamblea ciclista A contramano criticó esta nueva regulación que consideró "arbitraria" y recordó la falta de respuesta a los intentos de consensuar una política eficaz de intermodalidad bici-Metro antes de inaugurar la línea.

La Consejería de Obras Públicas y Transportes y Metro de Sevilla aseguraron ayer que desde el diseño originario de la infraestructura se previó una serie de mecanismos para favorecer la intermodalidad entre bicicletas y ferrocarril metropolitano. De este modo se instalaron estacionamientos públicos de bicicletas en el entorno de todas las estaciones.