Sevilla

La crisis resucita el tirón

  • El modus operandi es el tradicional pero los delincuentes usan ahora el carril bici para huir con los bolsos tras asaltar a la víctima

La crisis económica ha rescatado alguna de las modalidades delictivas que llevaban años erradicadas de Sevilla, delitos más propios de los años ochenta que de principios del siglo XXI. Uno de ellos es el tirón. En los últimos meses la Policía Nacional ha detectado un repunte del tirón clásico, aquel en que uno o dos jóvenes a bordo de un ciclomotor arrancan el bolso de las manos de cualquier mujer que pasea por la calle y se dan a la fuga a toda velocidad.

En las últimas semanas se han registrado tirones en varios puntos de la ciudad. Los ha habido en Bami, en Ramón y Cajal, Nervión, la Macarena y el centro. Incluso uno de estos sucesos ocurrió muy cerca de la comisaría de la Policía Nacional en la Alameda de Hércules. El modus operandi es siempre es el mismo. Para la Policía es un delito bastante difícil de combatir. Los tironeros suelen utilizar cascos integrales que impiden a la víctima y a los testigos identificarlos luego. Por eso, en muchos casos, es necesario que actúen en varias ocasiones hasta que puedan ser detenidos con todas las garantías.

Los delincuentes se han aprovechado también del carril bici para perpetrar sus golpes. Para ellos la vía ciclista presenta algunas ventajas. Una de ellas es que la mayoría de la red de carril bici de Sevilla discurre por la acera, por lo que si un ciclomotor circula por el espacio reservado a los ciclistas puede acceder fácilmente hasta la zona en la que pasean los peatones. La táctica de utilizar el carril bici para robar bolsos mediante el tirón se ha detectado ya en varias zonas de Sevilla. En el distrito Macarena se han dado varios casos desde la pasada primavera. Incluso más de uno al día.

En la zona próxima a la Carretera de Carmona y la avenida de Llanes la pasada primavera se registraron varios tirones cometidos en el carril bici. Las víctimas eran casi siempre mujeres mayores que paseaban junto a la vía ciclista o incluso dentro de ella. En la mayoría de los casos los tirones eran cometidos por un solo joven a bordo de un ciclomotor que cubría su rostro con un casco integral y con un pasamontañas, por lo que difícilmente podía ser identificado tanto por la víctima como por los posibles testigos de los hechos. A veces los tironeros utilizan motos robadas para que tampoco puedan ser identificados por el vehículo. En ocasiones los delitos se cometen a plena luz del día, tanto por la mañana como por la tarde.

Los expertos policiales consultados por este periódico aseguran que este repunte de los tirones obedece a varios factores. El primero es la crisis económica. El tirón es un delito que permite al delincuente obtener dinero rápido y que en la mayoría de las ocasiones supone menos riesgo de ser detenido que un atraco o un robo en el interior de una vivienda. A ello se le une el hecho de que hayan salido de la cárcel un par de bandas de jóvenes especializadas en los tirones tras una temporada en prisión. Una circunstancia similar posibilitó hace dos años el incremento de los atracos en Sevilla, puesto que coincidieron en el tiempo varias bandas de atracadores que salían de la cárcel y volvían a delinquir. Lo mismo ocurre ahora con varios grupos de tironeros.

El tercer factor que explica el incremento de un delito que ya parecía erradicado es la propia desmotivación que están sufriendo las Fuerzas de Seguridad tras el recorte salarial impuesto por el Gobierno para todos los funcionarios. La Policía Nacional ha pasado a trabajar a reglamento, es decir, sin realizar identificaciones ni controles por propia iniciativa, y esto también repercute en la seguridad ciudadana porque la presencia policial se nota menos en las calles.

Lo ocurrido este verano con el tirón es parecido a lo que pasó el año anterior con otro tipo de delito propio de otra época: los robos en interior de vehículos. Ésta, que tradicionalmente ha sido la modalidad delictiva más extendida en la capital de Andalucía, volvió a repuntar tras un periodo de estancamiento después de que los delincuentes dejaran de revender con facilidad los radiocasettes de los coches que abrían.

Sin embargo, el boom de los GPS volvió a disparar los robos en el interior de vehículos. Si veían vehículos con marcas de ventosa en la luna delantera, los delincuentes rompían alguno de los cristales del coche para sustraer el sistema de navegación, que sí podían vender con facilidad en el mercado negro y obtener dinero rápido. En la mayoría de las ocasiones, los autores de estos robos eran delincuentes con muchos antecedentes, muchos de ellos toxicómanos, necesitados de dinero urgente.

Lo mismo sucedió un año atrás con los atracos. En enero de 2008 coincidieron varias bandas de atracadores que salieron de la cárcel al mismo tiempo y volvieron a delinquir. Esto provocó una oleada de atracos que se prolongó hasta primavera, cuando la mayoría de los delincuentes volvieron a ser detenidos por el Grupo de Atracos de la Policía Nacional y encarcelados de nuevo.

En 2010 los robos en interior de vehículos y los atracos en establecimientos comerciales se han estancado, al igual que la delincuencia general. Salvo casos puntuales, como el del tirón, los delitos y faltas han vuelto a bajar en Sevilla, en esta ocasión un 4% en el primer semestre del año en relación con el mismo periodo de 2009, según el último comunicado de la Delegación del Gobierno.

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