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El Dnipro, una presión nada fácil de vencer

  • El durísimo poder negociador del dueño del club no facilita la llegada de Konoplyanka, al que desea renovar.

El Sevilla se está encontrando con muchos problemas en la negociación con uno de los jugadores que más interés ha levantado en la dirección deportiva, el internacional ucraniano Yevhen Konoplyanka. Más allá del tema económico, una cuestion nada baladí cuando se habla de un jugador de su caché y su cotización en el mercado, existe otro problema que promete retrasar un posible acuerdo. La fuerte presión que ejerce el Dnipro -más concretamente el dueño del club- suele ser feroz con los futbolistas que han tratado de salir de Ucrania. Y el propio Konoplyanka lo ha vivido en sus carnes. El Sevilla espera una solución en un caso en el que no puede hacer gran cosa, sólo esperar y convencer al jugador para cuando pueda decidir.

Ni siquiera que el extremo termine contrato significa en este caso una vía libre para su fichaje con otro club. Igor Kolomoisky, dueño del Dnipro, hará todo lo posible por retener a su estrella, como ha hecho en otras ocasiones con el propio Konoplyanka o con su capitán, Ruslan Rotan. Este martes, diferentes medios ucranianos se hacían eco de una reunión en Ginebra entre el padre de Konoplyanka y Kolomoisky, un encuentro que aparentemente debería escenificar la libertad del futbolista. No obstante, otros medios reflejaban que el encuentro se había mantenido con la intención del padre del jugador en conocer cuáles son las condiciones del club para autorizar su marcha del Dnipro, aun a sabiendas de que el jugador puede elegir entre aceptar la oferta de renovación o no.

En el pasado se han dado casos de que un jugador que terminaba contrato en el Dnipro volvió después de entrenar incluso una semana con el club con el que parecía que iba a llegar un acuerdo coincidiendo con la intervención militar rusa en el país. Rotan, tras viajar a Rusia, desechó finalmente firmar por el Rubin Kazan en el verano de 2014 para acabar aceptando una nueva oferta por tres años en el club ucraniano.

Konoplyanka, que marcó este martes con su selección en un amistoso ante Georgia en Austria (1-2), ha vivido en sus propias carnes dos situaciones en las que su salida, cantada y anunciada, al final no se produjo. El Liverpool acordó con el Dnipro una cantidad de venta de 17 millones de euros en enero de 2014, incluso mandó a sus médicos a Ucrania para que pasara el reconocimiento, pero "complicaciones" finales -así lo calificaba la prensa británica- impidieron que el jugador saliera. Entre esas complicaciones de última hora estaba la exigencia de recibir el dinero al contado, lo que no aceptó el Liverpool. Un año después, el pasado mes de enero, cuando a Konoplyanka le restaban sólo seis meses de contrato, el Dnipro rechazó nada más y nada menos que 20 millones procedente de la Roma.

La fama de duro negociador que tiene el multimillonario dueño del Dnipro es conocida en Ucrania. Vínculos contractuales de carácter privado, contraofertas que ponen en un compromiso a los protagonistas en mitad de una negociación... Lo cierto es que el Sevilla sabe que no va a ser una presa fácil y no sólo por los competidores, algo con lo que Monchi ya contaba. Por ejemplo, el Stoke City está ofreciéndole unas condiciones muy altas con las que en el Sevilla ni se podía pensar que podía competir sin la inyección de la Champions.

Según han avanzado algunos medios, el Dnipro, de entrada, le ha ofrecido a Konoplyanka un nuevo contrato por cinco temporadas con el doble de dinero de lo que percibe actualmente. El Sevilla, que tiene asumido que deberá incluir una fuerte prima de fichaje esté libre o no, de momento sólo puede esperar. Y no va a ser fácil porque Kolomoisky no quiere soltar al fútbolista, muchísimo menos sin una contraprestación. El padre y agente del jugador hablaba este martes del Sevilla en El Desmarque: "Sabemos del interés del Sevilla y es un gran club... Hay muchos equipos, pero hay posibilidades, todo puede ser".

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