Vivir en Sevilla

Las impresiones de un filólogo dibujante

  • El Centro Cultural Cajasol acoge hasta el 29 de junio la exposición 'Viñetas 1984-2014', del colaborador de 'Diario de Sevilla' José Manuel Esteban

Arguijo es el nombre de una bocacalle de una de las vías más concurridas de Sevilla, la calle Laraña, que une la Encarnación con la Campana. Precisamente por esa pequeña calle se accede al espacio de exposiciones del Centro Cultural Cajasol. Después de subir a la segunda planta, doblar una esquina y cruzar dos pasillos, el visitante se encuentra de frente con un lienzo inspirado en el Retrato del infante don Carlos que pintó Velázquez entre 1626 y 1628. En este caso, quien está rodeado por un marco dorado sobre un fondo de color pardo es José Manuel Esteban. El humorista gráfico, que, al igual que el hermano del rey Felipe IV, sujeta unos guantes con su mano derecha, titula el cuadro Autorretrato, a los treinta años, en 1657. "A veces me gusta meterme dentro de las ilustraciones, es una forma de otorgarles vida", apunta el dibujante, que ayer inauguró su exposición Viñetas 1984-2014, que estará hasta el 29 de junio en el edificio del antiguo teatro Álvarez Quintero.

La muestra, que ocupa las tres plantas de este espacio destinado a exposiciones propiedad de la Fundación Cajasol, hace su parada en Sevilla después de haber estado en el mes de marzo en la Casa Colón de Huelva, localidad donde reside Esteban. El dibujante de los diarios del Grupo Joly cuenta que decidió comenzar con esta retrospectiva en la capital onubense para formar un vínculo con el periódico de su ciudad, Huelva Información: "Después, Sevilla era la parada lógica", apunta el artista, que tiene intención de llevar la exposición a su ciudad natal, Madrid.

La primera de las salas, además de contar con la presencia del autorretrato, está dominada por las ilustraciones de mayor tamaño. Desde el cartel del Trofeo Colombino de 2005 a la última viñeta realizada por Esteban, de cuya hechura se muestra muy satisfecho y que representa una procesión de Semana Santa cuyos nazarenos portan una insignia que simula una señal de tráfico que prohibe el aparcamiento. Es un ejemplo de uno de los motivos más repetidos en la obra de José Manuel Esteban, el reflejo de la vida cotidiana: "Por ahí está el mercado de abastos de Huelva y hay otra viñeta inspirada en la época cuando mis hijos estaban aprendiendo los órganos de los sentidos", apunta el madrileño.

La razón que hace que a Esteban estar orgulloso de este dibujo es su semejanza con las ilustraciones que se publican diariamente en los nueve periódicos del Grupo Joly: "En las viñetas que salen en prensa predomina, sobre todo, el blanco, que ocupa hasta un ochenta por ciento del espacio", señala el dibujante, que explica que, utilizando esta técnica, los golpes de color son más llamativos.

"Al principio pintaba las caras enteras de color naranja y les daba un poco de sombra. Luego descubrí que quedaban mejor sólo con un poco de color", asegura este humorista gráfico de formación autodidacta. Desde que comenzó su carrera profesional, con 18 años en el dominical de Abc, los dibujos de José Manuel Esteban han evolucionado a través del trabajo: "El autoaprendizaje es más lento, pero ayuda a que colmaten los conocimientos y, además, se gana en humildad". En cierta forma, el dibujante lamenta no haber realizado estudios sobre diseño, ya que le hubieran permitido "suplir las carencias más rápido", afirma.

A pesar de que recibió el Premio Mingote en 1989, Esteban no concebía el dibujo como su oficio: "Era una afición que, además de generar ingresos, me abría puertas y me permitía conocer gente", recuerda. Precisamente por no considerar el humor gráfico como su profesión, estudió Filología Alemana a principios de la década de los noventa. Después de un posgrado en Austria y varios cursos complementarios, se convirtió en profesor asociado en la Complutense de Madrid y, más tarde, en la Universidad de Huelva.

Su formación superior le ha permitido establecer una clasificación en su obra basada en sus conocimientos como filólogo. De un lado, los epigramas, que, según explica el propio Esteban, son la expresión, pensamientos o críticas: "Son las que tienen muy poco texto, una idea o frase afortunada". En el otro lado se encuentran las llamadas crónicas, escenas costumbristas, que son las que suele reflejar en prensa.

Después de 15 años viviendo en Huelva y casi el mismo tiempo trabajando en periódicos andaluces, el viñetista se ha imbuido de la cultura local, como muestran algunos de los dibujos de la muestra. "Cuando empecé a colaborar en Diario de Sevilla, mi intención no era publicar un trabajo localizado, sino personalizado", apunta Esteban, pero reconoce que, muchas veces, prima la noticia nacional por su influencia en la población andaluza y viceversa: "A veces hay informaciones de aquí que también son relevantes en todo el país". Uno de los motivos más recurrentes en la obra reciente de Esteban es la emigración al norte de Europa propiciada por la crisis económica. "La vida del que se va es muy dura. Yo he sido un afortunado cuando he tenido que salir de España", cuenta el dibujante. Otro de los temas reflejados en la exposición es el de la mujer trabajadora. Desde una joven que acude a pedir trabajo con su currículum como ariete a una madre que lleva a sus cuatro hijos subida en un pedestal, el personaje femenino suele aparecer en la obra de Esteban como alguien fuerte y con gran capacidad de trabajo.

Al bajar a la planta intermedia, los lienzos de gran formato son sustituidos por viñetas en el tamaño en el que se publican en los periódicos. Esta tónica la rompen algunos dibujos de mayores dimensiones impresos en vinilos, buscando el efecto de estar impresos en la pared, y una serie de ilustraciones con colores muy llamativos realizadas para el boletín Tierra, editado por el Ejército y de temática militar, como en la que aparece el buque científico Hespérides.

Sin embargo, el espacio más llamativo de esta planta es la zona oscura situada cerca del ascensor. Un proyector dirigido hacia una pared reproduce en bucle un vídeo de tres minutos realizado recientemente por la empresa Propulsa Comunicación protagonizado por el madrileño. En esta producción audiovisual, Esteban muestra el proceso de creación de sus trabajos. "Tuve durante dos días a una cámara detrás de la oreja, pero fue una experiencia muy divertida. Además sirve para darle vida a las viñetas", cuenta el dibujante, que, en tono de broma, reconoce que la grabación desvela sus métodos de trabajo: "Siempre empiezo con un boceto a lápiz, pero hago muchas modificaciones, tanto en los trazos como en los textos, ya que la escasez de espacio es un gran condicionante".

La presencia del vídeo permite al creador dar su visión sobre su profesión y las rutinas de trabajo que la rodean. "Es una tarea en la que no hay lugar a la improvisación. Lo que hay son urgencias en la hora de entrega", sentencia el dibujante, que otorga un papel relevante al azar en el día a día de un humorista gráfico, ya que depende de la actualidad. Tampoco es Esteban un defensor de la inspiración, que, en su opinión, es resultado de un trabajo sistemático.

Treinta años de dedicación han permitido que José Manuel Esteban conserve un archivo de, aproximadamente, diez mil obras, de las cuales un centenar forman parte de la exposición. Varias de estas viñetas no están de forma física, sino que se reproducen en un televisor colocado en la planta baja, el tercero y último de los espacios que alojan la muestra retrospectiva del dibujante madrileño.

Hasta el 29 de junio, sevillanos y visitantes pueden acudir a esta muestra de forma gratuita. Al estar bien situada, el dibujante espera que la afluencia de público sea positiva, pero hace referencia a un hecho llamativo. Frente al Centro Cultural Cajasol, en la antigua casa profesa de los Jesuitas, se encuentra la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla. "Espero que la exposición les guste a los estudiantes que, en el futuro, serán entendidos en la materia".

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