Vivir en Sevilla

Flamencas del pasado

  • Lo 'vintage' reina sobre la pasarela flamenca de esta primavera, donde cortes de los años 50, 60 y 70 visten a mujeres llenas de volumen

La segunda jornada del Salón Internacional de la Moda Flamenca (Simof) comenzó a las once de la mañana con el Certamen de Noveles, aunque fue la tarde la que acogió la mayoría de las propuestas. Abrió la pasarela Arte y Compás con Mis flamencas vintage, y de nuevo se vieron a flamencas del pasado, de los años 50, 60 y 70. La diseñadora Ana Rocío Silva, que aprendió a coser a los 12 años, mostró trajes de neas, con volantes de capa, fruncidos que otorgan vuelo a las faldas de talle alto. El mantoncillo cobra protagonismo sobre trajes color albero, granate y negro, además de darle rienda suelta al estampado.

Flamencas desde Algeciras trajo Maralva, que evoca al mar durante el amanecer. Cortes románticos y aires elegantes en blanco, negro, rosa empolvado, azul y ocre. Desde Córdoba Trinitrán vistió a las flamencas De arriba abajo. Dedicado a flamencas informales, regala vestidos de raíces flamencas, camisas con botones, faldas, pantalones con carácter, elegancia y fuerza. Las camisas son auténticas obras de arte con detalles de encajes y bordados, de telas naturales como hilo y lino. Junto a ellas mantones y flores de seda teñidos y montados a mano.

Francisco de Goya volvió a visitar la pasarela Simof a través de sus majas y goyescas como en su obra La Gallina ciega. Por su parte, Ana Morón reivindica lo castizo a través de hombros con madroñeras, pedrería y cordón de seda, bordados florales, flecos o volantes. En patrones toma importancia el volumen de los hombros y la cintura, y los volantes son siempre diferentes. En los tejidos sedas y guipures multicolores dan a cada traje un toque chic y original. Destacadas son sus series de vestidos blancos adornados y de novia, donde la elegancia fue la protagonista y consiguió poner en pie al público presente.

Pasadas las siete de la tarde María de García vestía a sus flamencas con Culpables, basada en un concepto minimalista y acorde con las influencias de la moda. Líneas rectas que desembocan en grandes volantes y gran presencia de trajes de dos piezas, con camisas amplias y llenas de cortes.

Desde Granada Antonio Manuel Guitérrez impregnó de Amor amargo la pasarela, homenajeando a la figura del universal granadino, Federico García Lorca. El diseñador ha elegido cinco obras de amor del poeta que reflejan el amor que él siente por la moda. Volumen en las faldas, escotes en las espaldas, cortes de los años 20 y 30 con el talle en la cadera.

Francisco Molina González, que sustituyó a modelos por bailarinas, presentó Molina 2016, trajes de inspiración campera, para la feria de tarde y por último para la noche glamurosa y elegante llenos de transparencias.

La esperada Cristina García llenó de Silencio el penúltimo desfile. Una colección extremista que como punto de partida toma una ciudad a oscuras y en silencio que se transforma y convierte en ruido, bullicio y excesos. Escotes que casi dejan entrever lo prohibido, volumen infinito y texturas que envuelven y resbalan sobre la figura femenina. En colores binomio de azul y negro al principio y explosión del arcoíris al terminar.

De forma muy distinta terminó la jornada de Simof de la mano del diseñador sevillano Javier García y sus Flores a ella. Su propuesta se inspira en las fiestas de Andalucía, en las que el clavel es un elemento clave. Ya se han visto guiños a esta flor en varias colecciones. Los colores clásicos forman parte de su inspiración: el rojo como estrella, negros de las mantillas y las abuelas de roete, blancos de las paredes encaladas, morados y verdes de la Semana Santa y grises y platas para las sombras. De nuevo, complementos de hojalata y metales, la guinda para las flamencas de 2016.

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