Lo que faltaba, equipo nodriza

TODO es susceptible de agravarse, de ir a peor en este Betis cuesta abajo en la rodada. Se le da marcha atrás a la cuerda de la memoria y aparece un sarcasmo tras otro, promesas incumplidas en cantidades industriales y una realidad negra como el carbón, la de que este Betis se quedó sin futuro a pesar de contar con una masa sentimental como pocas. Tras el suceso que supuso el 15-J, después de comprobarse qué significa el Real Betis Balompié en el mundo mundial, vemos que todo sigue igual, con el mismo guión y con el mismo personaje deshaciendo a su antojo con la ayuda de los nefastos paniaguados de siempre.

Nada nuevo bajo el sol si no fuese porque de la ruina más ruin, el todavía Real Betis Balompié se ha superado a sí mismo para pasar a verse reforzado por jugadores que no le sirven al Almería. Es, por tanto, una carrera hacia ninguna parte que medio merezca la pena. Resulta que la empresa más saneada de Andalucía, según declaraba Lopera no hace tanto, ha pasado el sevillanísimo Betis a nutrirse de los desechos de un recién llegado sin historia, aunque con infinitamente más presente que él, el pobre Betis. Cada día, un escarnio más para una afición que mostraba hace una semana no sólo su número, sino su calidad para que no hubiese que lamentar un solo incidente.

Aunque me consta el muy plausible esfuerzo de béticos auténticos, la descarnada verdad es que poco ha cambiado que haya que agradecer. El gran perpetrador de la situación sigue deshaciendo a su libre albedrío. Rodeado de guardias y de guardaespaldas, pero sin pararse en barras a la hora de seguir haciendo daño y vituperando la imagen del club un día sí y al otro también, Lopera demuestra que se le importó una higa lo que los béticos dejaron claro el lunes pasado, hace de su capa un sayo y sigue mancillando la imagen de un Betis que pasó de ser la empresa más saneada de Andalucía (sic) a reforzarse con desechos del Almería. Dolor del aún Real Betis Balompié.