Parece que no se ha equivocado Monchi en el que puede ser uno de sus últimos grandes servicios al Sevilla antes de recitar un adiós más o menos anunciado. Cuando Jorge Sampaoli le pidió un delantero que pudiese actuar fuera y dentro del área, que pudiese tanto iniciar jugadas como terminarlas, posiblemente por su cabeza pasara algo similar a lo que ha exhibido Jovetic en sus tres primeras apariciones como sevillista. Las dos primeras comparecencias del delantero montenegrino ya dejaron claro que había caído de pie en Nervión. Dos suplencias y dos goles al Real Madrid en apenas cuatro días, el segundo de ellos como espoleta de una explosión de júbilo difícil de olvidar en el Ramón Sánchez-Pizjuán. En su primer partido como titular, no marcó, apenas remató, pero se convirtió en una gran baza atacante. Mejor que rematador, iniciador: estuvo en dos de los goles del Sevilla.

Su rol de iniciador tardó en ponerse de manifiesto sobre el pésimo césped de El Sadar, donde cabía la sospecha que el Sevilla notara las bajas de Vitolo y Nasri. Por ahí le llegó la oportunidad a Jovetic para reivindicarse como titular, que aportó su clase a cuentagotas pero en momentos clave, pese a que el contexto no era el idóneo para su fútbol. Las heladas han hecho daño y el piso estaba duro, quebradizo, resbaladizo... Se levantó el verde y así fue difícil que el Sevilla de Sampaoli le cogiera el pulso al partido como más le gusta, raseando la pelota desde atrás. En esa fase de saltarse las líneas de presión buscando los tres cuartos, Jovetic ofreció una de las vertientes de su juego: sabe controlar de espalda e iniciar los ataques. Lo hizo en varias ocasiones en la zona de tres cuartos, en la que aparecía pese a que su posición inicial era algo más adelantada, en el flanco izquierdo del frente de ataque, en paralelo con Ben Yedder, escorado a la derecha.

Jovetic no sólo ofreció pinceladas de lo que puede dar de sí como iniciador de la fase definitiva del ataque, pese a las pésimas condiciones del césped y a la virilidad de las marcas del hambriento Osasuna. También fue el primer sevillista en probar al meta Mario con un disparo intencionado, algo flojo, perfilándose desde la izquierda. Era el minuto 28, cerca de media hora tardó el Sevilla en tirar entre los tres palos...

Pero el partido tenía guardada otra oportunidad para que Jovetic ofreciera su prestancia con ambas piernas al servicio del Sevilla, después de que Osasuna se adelantara tras un error en cadena de los tres centrales sevillistas que retrató especialmente a Rami. Jovetic fue clave en el empate al filo del descanso. Tras una buena jugada de ataque, Iborra recogió un despeje en la frontal y lo mandó de fuerte empalme a la cepa del poste. El montenegrino, muy atento, recogió el balón suelto en el área y con un rápido control y pase con la pierna izquierda, se la devolvió a Iborra, ya en el área. El valenciano marcó también con la pierna izquierda sobre la marcha. Era el minuto 43 y el Sevilla aún tenía muchísimo que decir.

Así, con apenas esa pincelada de clase, Jovetic dio su primera aportación al partido. Aún daría otra en la segunda parte, también determinante. Justo antes de que Sarabia saltara al campo para ubicarse en la izquierda y centrar más la posición del atacante balcánico, este apareció por ese flanco para dar un pase letal a Ben Yedder. El francés se topó con el meta Mario, pero Iborra, otra vez muy atento, cabeceó a gol y se redimió de su autogol: 2-2. Ya con Sarabia y Jovetic más punzante en el centro, el Sevilla concluyó la remontada gracias a la aportacion del madrileño. La había iniciado Jovetic, que demostró en su primera titularidad que es un parche de lujo.