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Vivir en Sevilla

40 años dedicados a los juguetes

  • Osorno celebra sus cuatro décadas en el sector decorando sus escaparates con productos infantiles de los años setenta

  • Esta acción es un guiño a los adultos más nostálgicos

Si algo caracteriza a los niños son sus eternas ganas de jugar, ya sea con modernos artilugios, con una muñeca de trapo e incluso con una caja de cartón. Por eso, aquellos que se dedican a satisfacer las necesidades lúdicas de los más pequeños intuyen que su futuro laboral está garantizado. Tal vez esa fue la premisa de la que partió Francisco Osorno a la hora de abrir su mítica juguetería a mediados de los setenta, aunque jamás llegase a imaginar que ahora, cuarenta años después, su Osorno seguiría cumpliendo los deseos de los niños de la ciudad. Ahora, para celebrar que llevan cuatro décadas en el sector juguetero, han preparado una decoración especial para sus escaparates.

Cuarenta años siendo uno de los referentes en la juguetería merecía una celebración por todo lo alto. Pero, lejos de pensar en fiestas rimbombantes y de alto copete, las hijas de Francisco Osorno, Begoña y Carolina (las responsables del negocio actualmente) quisieron hacer un guiño a esos niños de los setenta que hicieron posible que Osorno sea lo que es hoy. Por eso se les ocurrió decorar los escaparates de su establecimiento con juguetes de la época como homenaje a toda una vida vinculados a la infancia. Una generación reflejada en una vitrina a través de la cual los nostálgicos endulzarán sus recuerdos. Diseñados por Antonia Aguilar, que trabaja en Osorno desde sus comienzos, los escaparates están decorados con muñecas, triciclos, cocinitas, el clásico Scalextric o los míticos Juegos Reunidos Geyper. Este retroceso a los años setenta ha sido posible gracias a particulares que han donado los juguetes de su infancia para este melancólico homenaje.

Además de haberse encargado de la decoración, Antonia Aguilar se atreve a hacer su particular balance, basado en su amplia experiencia. Para ella el mundo de la juguetería ha sufrido una evolución en la que han influido mucho la publicidad y los catálogos. "Si no sale en la tele es como si no existiera", asegura. Pero, por lo demás, el juguete se sigue vendiendo como antaño y, frente a lo que muchos opinan, lo clásico se mantiene en auge. "Aquí vienen muchos padres con sus hijos buscando los juguetes de su infancia para alimentar sus recuerdos. Esa ilusión se la transmiten a sus pequeños y hace que ellos quieran jugar con los mismos muñecos que lo hicieron sus padres", mantiene Aquilar. Ella, que ha visto pasar una amplia variedad de juegos y juguetes por Osorno, tiene claro que los que sobreviven al paso de los años son los Playmobil, los juegos de mesa y las muñecas con sus cochecitos.

Paraíso para niños -y no tan niños- Osorno cuenta en sus instalaciones con todos los juguetes que uno pueda imaginar. Desde peluches con los que acompañar los primeros meses de vida, hasta la bicicleta con la que aprender a volar solo, pasando por la muñeca de moda o cualquier producto de Frozen. Por eso no es de extrañar que lleven cuarenta años cumpliendo sueños y no tengan en mente dejar de hacerlo jamás.

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