Grupo San Roque, un imperio de molletes creado de cero
Dos de las empresas de Juan Paradas producen 18 millones de panecillos y 6 millones de bolsas de piquitos cada año
Juan Paradas pertenece a la tercera generación de panaderos que elaboran molletes. "Fue mi abuelo quien sin saberlo volvió a rescatar la receta del mollete que se había perdido y empezó a elaborarlo en la posguerra. Como quien dice, nací en la panadería, empecé en la panadería de mi abuelo, seguí con mi padre y con 22 años instauré mi propio negocio". Esa carrera laboral que comenzó, evolucionó en el año 1987 a una andadura en solitario con su propia empresa.
Hoy esa aventura se llama Grupo San Roque Antequera y aglutina al grupo de empresas Mollete San Roque SA, Piquitos San Roque SL y Sucesores de Manuel Avilés SL, La Antequerana. Él es el gerente.
Mollete San Roque y Piquitos San Roque disponen en conjunto de plantas de fabricación capaces de producir, en la actualidad, 18 millones de molletes y 6 millones de bolsas de piquitos al año. Mediante la venta on line, se venden por toda España. Además cuentan con delegaciones propias en Madrid y Barcelona, rutas de distribución en las provincias andaluzas a nivel hostelería, y a través de cadenas de distribución para supermercados en la Comunidad Autónoma. "También estamos estrenando delegación en Londres, ahora vamos a ANUGA, la feria más prestigiosa de alimentación que se celebra en Colonia, por lo que no dejamos de abrir puertas al extranjero".
La decisión de emprender este camino laboral comenzó "desde la cuna. Fui un niño muy inquieto y curioso siempre andaba inventando algo en la panadería. Con 16 años tras la muerte de mi padre, y teniendo la familia unas circunstancias muy difíciles, asumí las riendas junto a mis hermanas. No fue una decisión tomada, sino casi asignada".
A lo largo de estos años la empresa ha evolucionado al ritmo de los tiempos incluso en algunos casos adelantándose. Especializó el negocio convirtiéndolo en un horno de molletes, y de la venta en una panadería, pasó a envasar el producto, codificar, puso en marcha la venta on line, siendo de los primeros de España en vender pan por internet, así como numerosas innovaciones en otras materias como el envasado en atmósfera protectora (alargando la vida útil del producto de 5 a 30 días), implantación de normas de calidad ISO 9000 y de seguridad alimentaria como BRC e IFS.
La tecnología juega un papel importante en la empresa, "siempre al servicio del producto y no al revés". De este modo, han conseguido evolucionar respetando la receta original.
Con todas estas iniciativas la empresa ha conseguido llevar el mollete de Antequera muy lejos e instaurarlo como desayuno tradicional en toda Andalucía y algunas zonas de la Península.
Asimismo, la empresa ha ido creciendo y se ha convertido en grupo. En 2006 nace Piquitos San Roque, una firma que se creó para separar la producción de los piquitos dada la gran demanda de los mismos. En su gama cuentan con piquitos en dos variedades artesanos y con salvado y en varios formatos.
La última empresa que pertenece al grupo desde finales de 2012 es Sucesores de Manuel Avilés (La Antequerana), dedicada a la elaboración de mantecados, polvorones, roscos de vino y especialidades desde hace 125 años. "De aquella época queda todo, el origen y los principios adquiridos, la humildad en el trabajo, el tesón, esfuerzo, imaginación, iniciativa, la implicación con los clientes, la empresa es al fin y al cabo una gran familia, que sabe que todo empezó con un mollete, y un mollete es igual de importante que 100 molletes… eso permite crecer sin perder la esencia", cuenta el gerente.
Sobre la producción en sí misma, Paradas cuenta que el Mollete de Antequera es una pieza que, aunque se elabora del mismo modo y con los ingredientes elementales de cualquier tipo de pan, tiene como peculiaridades su forma elíptica irregular, la textura esponjosa, el sabor suave y un aroma típico de producto artesano con poca cocción.
"Cumple perfectamente con la dieta mediterránea ya que está elaborado a partir de ingredientes básicos y ausencia total de grasa, es saludable e indispensable en la alimentación", asegura el propietario del grupo.
Se cree que fueron los árabes quienes lo introdujeron en la península ibérica. Y es en Andalucía donde es más popular, siendo un producto básico en un buen desayuno andaluz.
Aunque hay tradición de elaboración de molletes en otras poblaciones andaluzas, el nombre del mollete ha sido tradicionalmente asociado a Antequera gracias a la gran trayectoria profesional de la familia Paradas, que ha conseguido expandirlo y darlo a conocer en toda Andalucía y, cada día más, fuera de ella.
La diferencia con otros productos es la experiencia en la elaboración, los requisitos de calidad que hacen que el proceso de producción sea muy riguroso, buscando la estabilidad del producto en cuanto a características. Otro dato importante es la selección de materias primas, y no alterar la fórmula con aditivos innecesarios.
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