¿Candidato in péctore?

El PSOE trató de retener en sus filas a Cortés, UPyD lo propuso de alcaldable en Huelva y finalmente recaló en el PP de asesor de Justicia · El suceso puede cortar de cuajo sus aspiraciones políticas.

A la izquierda, Juan José Cortés y su esposa Irene Suárez, junto al presidente del Gobierno, en La Moncloa. A la derecha, junto al presidente del PP, Mariano Rajoy.
A la izquierda, Juan José Cortés y su esposa Irene Suárez, junto al presidente del Gobierno, en La Moncloa. A la derecha, junto al presidente del PP, Mariano Rajoy.
R. Moreno / Huelva

22 de septiembre 2011 - 01:00

La detención de Juan José Cortés junto a varios miembros de su familia vuelve a poner al predicador evangélico en la diana nacional. Primero fue un hecho desgraciado, el asesinato de su hija Mari Luz, el que mostró el talante de Cortés. Luego pasó por los mentideros públicos y PSOE, PP y UP y D comenzaron a flirtear políticamente con un hombre que se había convertido en ejemplo por su modélico comportamiento ante la tragedia familiar que vivió hace ya casi cuatro años. Había recorrido 3.000 kilómetros y recogido 550.000 firmas de ciudadanos de toda España para una causa que cree justa: implantar un registro de pederastas y endurecer las penas para los asesinos de niños.

Los cantos de sirena llegaron desde las filas socialistas. Cortés vivía en uno de los barrios más populares de Huelva. Él diría poco después que desde la secretaría general del PSOE le propusieron dar un salto importante en sus filas y hasta "un trabajo para toda su vida". El mismo PSOE se encargaba de decir que Cortés "era de los nuestros". Un rumor que el predicador alimentó y reconoció en más de una entrevista. "El PSOE y yo seguimos trabajando, sin un compromiso directo pero sí indirecto. Siempre he tenido esa inquietud". La frase data de hace justo dos años. Su arribada al PSOE no llegó a cuajar. ¿Por qué? Según su versión, "no tuve el atrevimiento suficiente (para proponer mi entrada en las listas del partido). Quería ver primero la reacción socialista".

Luego vendría el globo sonda de su paso a Unión Progreso y Democracia, el partido de Rosa Díez, que resultó todo un chasco para el partido de la ex del PSOE vasco, que se había encargado de filtrarlo y publicitarlo.

Finalmente cayó en las redes del PP. Primero se habló de la tentativa de cierto sector del partido de ubicarlo en las listas para las municipales de Huelva. El intento fracasó. Pero poco más tarde, el hombre tranquilo que llegó hasta el Palacio de la Moncloa para entrevistarse con José Luis Rodríguez Zapatero, hasta Génova para contar sus proyectos a Mariano Rajoy, e incluso a Interior, para hablar con Alfredo Pérez Rubalcaba, fue presentado como asesor de la Comisión de Justicia del PP. Y en calidad de asesor participaba en las distintas mesas de debate que el PP le habilitó en sucesivas convenciones, programas de radio y televisión. Precisamente en este último medio, en una televisión local de Sevilla y Huelva, se emitió poco antes de la riña familiar un programa bajo su batuta.

La entrada de Cortés en el PP tiene por objetivo, él mismo lo ha dicho en varias ocasiones, intentar que la cadena perpetua sea un hecho posible.

Para Cortés, la acción política se configura como la única forma "de defender a mi gente y trabajar desde otro ámbito que no sea la Justicia".

Su paso a la política le puso a tiro de las críticas del PSOE. Un concejal socialista de Granada llegó a asegurar que "nada como una hija muerta para entrar por la puerta grande del PP". El edil, Antonio García Leiva se disculpó luego públicamente. Pero en el PSOE no le perdonan que optara por sus adversarios políticos populares. Ayer mismo, otro socialista, Manuel Pezzi, se preguntó desde la misma Granada si también ahora Mariano Rajoy se fotografiaría con Cortés después de su detención.

Los medios de comunicación sacaron y revolvieron ayer otra vez toda la vida de Juan José Cortés. Y eso que la trifulca familiar aún no se ha aclarado. Eso deberá hacerlo la investigación policial y la decisión que tome el juez de turno en el día de hoy. Es pronto para cargar sobre los hombros de toda una familia unos hechos confusos que están sometidos a la presión mediática y a valoraciones que pueden ser exageradas o poco acertadas.

Sus testimonios, sus preocupaciones, sus inquietudes están recogidas en el libro Ciudadano Cortés, en el que la periodista Mari Luz Sánchez Mellado hace un retrato íntimo de este hombre convertido en tótem mediático e incluso religioso.

Atrás queda su paso por la televisión, sus coqueteos políticos, incluso sus discusiones con periodistas de la telebasura. Ahora se enfrenta a un enemigo nuevo porque él mismo se ha convertido en foco de la noticia.

En Ciudadano Cortés rememora la historia familiar, la de sus padres, gitanos itinerantes que fundaron una familia en una chabola. Evoca su propia infancia, adolescencia y madurez en el complejo barrio marginal de El Torrejón. Sus reflexiones sobre la raza gitana, el deporte (fue entrenador en las categoría inferiores del Recreativo), el abrazo de la fe evangélica y su filosofía de valores impregnados por la doctrina de Filadelfia.

En la presentación de su libro intervinieron el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, y la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Soraya Sáez de Santamaría. Allí mismo, en el acto cultural-literario, Rubalcaba y Santamaría polemizaron sobre el endurecimiento del Código Penal.

La vida del Ciudadano Cortés abre ahora un nuevo capítulo, que puede ser amargo o no.

De momento, en el PP ya han dicho que no estaba en sus cálculos presentarlo en las listas al Senado o el Congreso y hoy pocos presumen de tenerlo en sus filas. Cosas de la política.

Está por ver qué hace ahora Juan José Cortés con la política y qué hacen los políticos con él. Piensa que "todo aquel que está en política se ve inmerso en un compromiso social con los ciudadanos".

stats