Juan Pablo Durán. Presidente del parlamento

Determinación tras una sonrisa dócil

  • El presidente de la Cámara es un hombre del aparato conocido por frases antológicas.

La cercanía con Susana Díaz durante los últimos años había situado a Juan Pablo Durán en las quinielas como posible consejero del Gobierno andaluz, pero nunca se planteó en Córdoba que el secretario provincial de los socialistas pudiera llegar a convertirse en presidente del Parlamento andaluz en la X Legislatura. La sorpresa fue mayúscula cuando su nombre saltó ayer a la palestra tanto por el puesto como por la persona. Durán, hombre de partido -o más bien de aparato-, accede a la segunda representación de la comunidad autónoma fiel a su estilo, sin hacer ruido hacia afuera y con mucho trabajo entre bambalinas.

Nacido en Córdoba en 1964, casado y padre de tres hijos, no se puede decir que Juan Pablo Durán haya llegado hasta donde está gracias a grandes titulares -aunque alguno antológico ha dejado- ni a una intensa vida pública, sino por una concienzuda labor interna muy bien planificada y cargada de paciencia. Afiliado al PSOE en 1996, no es por tanto de los que se califican como pata negra dentro del partido; desde el primer momento se ocupó de labores de intendencia en el socialismo cordobés y tuvo un ascenso interno meteórico. En sólo cuatro años consiguió situarse como secretario de Administración de la formación y en apenas ocho se hizo con las riendas del área de Organización del mismo cuando el secretario provincial era el actual alcalde de Palma del Río, José Antonio Ruiz Almenara. Hombre tranquilo y muy familiar, el nuevo presidente de la Cámara esconde tras una apariencia dócil a un político con gran determinación y puño de hierro. Lo ha demostrado dentro del PSOE cordobés, que controla por completo y en el que las voces discordantes con su gestión o han desaparecido o ya no militan. Defiende sus convicciones con claridad y sin dobleces, tal y como se pudo comprobar en su etapa como consejero de Cajasur. En aquellos tiempos, de los que arrastra una sanción del Banco de España de 64.000 euros, se convirtió en la voz más dura contra los consejeros de la Iglesia por la actuación que desembocó en la intervención de la entidad tras la fallida fusión con Unicaja. Fue ese el momento en el que Durán pasó a convertirse en un rostro familiar en la vida política cordobesa y el trampolín que le sirvió para optar a la Alcaldía de la capital en el intento de dar al PSOE un lugar relevante en el Consistorio que no tiene desde finales de los años ochenta. El intento fue vano y los cuatro ediles obtenidos lo enviaron a la oposición como líder del cuarto, y último, partido en el Consistorio cordobés.

En el sillón de edil del edificio de la calle Capitulares se mantuvo hasta marzo de 2014, cuando fue nombrado senador por designación autonómica y dio su salto definitivo hacia el siguiente escalón de la política de partido. Antes de ello, en octubre de 2013, protagonizó una enorme polémica cuando acusó al PP de estar detrás de la detención de la ex alcaldesa de Peñarroya-Pueblonuevo en la llamada operación Rocket por el uso fraudulento de fondos públicos. En aquel momento, Durán se dejó llevar por la indignación y en un acto con militantes de su partido afirmó que "la derecha ni hace prisioneros ni deja heridos, sólo sabe matar y, si es posible, en las cunetas, donde siempre nos han dejado a los socialistas". La publicación de un vídeo en el que realizaba estas y otras manifestaciones aún más duras le obligó a pedir excusas públicamente y puso su liderazgo en entredicho.

Sin embargo, este hombre que se dedicó a la industria del mueble antes que a la política aguantó el tipo y se lanzó a una cerrada defensa de Susana Díaz en todas las ocasiones en las que esta lo requería. Córdoba fue de las provincias que defendió con mayor celo a Carme Chacón frente a Alfredo Pérez Rubalcaba cuando Andalucía hablaba de aquello de la neutralidad activa. Del mismo modo, fue capaz de neutralizar al también cordobés Luis Planas cuando el entonces consejero de Agricultura tuvo la "osadía" de intentar disputarle el liderazgo del partido a la actual secretaria general.

Ahora, casi 20 años después de afiliarse al PSOE, Juan Pablo Durán se convierte en el presidente del Parlamento andaluz más diverso y plural de la democracia. Un puesto en el que deberá demostrar flexibilidad, talante y capacidad de diálogo en una legislatura que se antoja dura y complicada. Susana Díaz confía en él para que sepa lidiar tan difícil faena y Durán deberá demostrar que es capaz de aunar voluntades y alcanzar acuerdos con más mesura y mano izquierda con que lo ha hecho en el PSOE cordobés.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios