El Gobierno convoca la Conferencia de Migraciones para activar la solidaridad con Andalucía
La Junta, que tutela al 40% de los menores no acompañados, desea ante todo un mejor reparto entre comunidades autónomas
Cuando el barco Aquarius atracó el mes pasado en Valencia con 629 inmigrantes a bordo hubo un derroche de solidaridad. Hasta trece comunidades autónomas se ofrecieron a acoger a sus pasajeros, pero entre ellas no estuvo Andalucía. En Podemos y en Izquierda Unida hubo voces que se lo reprocharon a la Junta. “Aquí cada fin de semana hay un Aquarius y entre semana también”, respondió a esas críticas María José Sánchez Rubio, consejera de Igualdad.
Han pasado seis semanas desde entonces y a Andalucía llega ahora casi un Aquarius al día. Unos 22.000 “sin papeles” han puesto pie en sus costas desde principios de año, una cifra ya de por sí record y que sigue aumentando. Desde mediados de junio son más y más numerosos, pero las muestras de solidaridad escasean pese al colapso de los servicios asistenciales.
La presidenta de la Junta, Susana Díaz, le solicitó el lunes pasado a Pedro Sánchez en La Moncloa que el Gobierno impulsara la solidaridad con Andalucía. Esa petición no se hizo pública entonces, pero el viernes el vicepresidente, Manuel Jiménez Barrios, ya instó públicamente al Ejecutivo, desde el Puerto de Santa María, a crear los mecanismos para que la mano tendida a los inmigrantes “sea compartida”.
Sánchez aceptó esta petición. La Conferencia Sectorial de Migraciones ha sido convocada para el 2 de agosto. La presidirá Magdalena Valerio, la ministra de Trabajo, y a ella deberían asistir los consejeros de las 17 comunidades autónomas. El orden del día no ha sido aún fijado, pero desde una perspectiva andaluza lo que más preocupa es que el reparto de la acogida de los menores no acompañados (menas) sea más ecuánime.
La atención a los menores extranjeros
Desde 2015, cuando eran 3.341, la cifra se ha duplicado. En mayo, último dato disponible, eran 6.248, pero desde entonces su número se ha debido de incrementar a juzgar por las informaciones sobre el número de menores, especialmente marroquíes, que han desembarcado de las pateras estos dos últimos meses.
De esa cifra casi el 40% están tutelados por la Junta y el resto se reparten entre las demás comunidades y ciudades. Melilla, con el 13,5%, se sitúa en segundo lugar con el agravante de que la quinta parte de los chavales allí acogidos vive en la calle por voluntad propia. En tercer y cuarto lugar figuran Cataluña y Madrid y a continuación se sitúa Ceuta.
A diferencia de los adultos marroquíes, que pueden ser devueltos a un ritmo de 25 al día, los menores se quedan en España porque las autoridades de Rabat no colaboran en su identificación ni en localizar a sus familias. Los pocos menas que salen de España no lo hacen para regresar a su país sino que ponen rumbo a Europa para buscarse la vida. En algunas ciudades europeas, como París o Estocolmo, hay pequeñas colonias de chavales marroquíes que malviven en la calle.
Desde Sevilla o Melilla se observa con envidia cómo la semana media docena de policías y trabajadores sociales marroquíes viajaron a París para tratar de identificar y repatriar al centenar de menores marroquíes asentados en el barrio parisino de la Goutte d’Or. Rabat nunca ha tomado una iniciativa parecida en España a pesar de que los Menas son mucho más numerosos que en Francia.
Al margen de la Conferencia Sectorial sobre Migraciones, Magdalena Valerio ya anunció el viernes, al término del Consejo de Ministros, un “plan de emergencia” para atender a la inmigración que movilizará, de aquí a fin de año, 30 millones de euros adicionales desviados de otra partida presupuestaria de su ministerio. Servirán para, entre otras cosas, crear dos centros de acogida en San Roque y Chiclana con un total de 1.100 plazas.
Esta semana se reunirá también la Comisión Delegada para Asuntos Migratorios que encabeza la vicepresidenta Carmen Calvo. Creada a principios de mes mediante un Real Decreto, éste nuevo órgano intenta coordinar a las diversas administraciones del Estado para que hagan frente con eficacia al masivo desembarco de inmigrantes y agilicen los trámites de los solicitantes de asilo.
Son 52.512 los que están a la espera de una respuesta, otra cifra record. El año pasado lo pidieron 31.731 de los que llegaron a España y en lo que va de año lo han solicitado otros 20.781. Mientras en casi toda Europa disminuyen los demandantes de asilo en España su número crece.
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