Griñán advierte que sólo un liderazgo "firme e inmediato" recuperará el voto

Punto de partido del PSOE andaluz para afrontar la campaña de las próximas elecciones autonómicas (o al menos así se recoge en su Manifiesto: Nuestro compromiso con Andalucía): "Los resultados electorales [del 20-N] tampoco han sido buenos, pero no se puede obviar que el empuje de la derecha pierde intensidad cuando llega a Andalucía". Manifiesto al margen, el secretario general del PSOE-A, José Antonio Griñán, habló ayer ante los miembros de la Ejecutiva regional del partido de "derrota sin paliativos". Pero ésta se puede exprimir y sacar algún jugo, quién sabe si el antídoto. "Hay que convertir esta derrota en oportunidad", dijo Griñán a la cúpula de los socialistas andaluces.

El jefe de filas del PSOE-A tiró del llamamiento a la "movilización en la calle y a la unidad interna" para construir diques contra la "marea azul" del PP. A juicio de Griñán, a pesar de los resultados electorales, Andalucía, "cargada de socialismo", ha resistido el tsunami de los populares. Y de la misma forma que la pérdida de votos puede ser un "revulsivo", también debe serlo el próximo Congreso Federal, que se celebrará en Sevilla en febrero. Un cónclave que debe tener lugar "en paz y con libertad, abierto y profundamente democrático para fortalecer nuestra propuesta, recuperar el impulso y afrontar con éxito las elecciones en Andalucía", dijo el presidente de la Junta.

Pero sobre todo, de ese congreso debe salir sin más demora un liderazgo "firme e inmediato". Es esencial, en palabras de Griñán, "para recuperar el voto". Y es un mandato imperativo si los socialistas andaluces, a decir de su líder, quieren tener alguna oportunidad en el reto de la cita electoral de marzo.

El dirigente socialista, que defendió ante los cuadros del partido en Andalucía la tesis de que la nueva dirección federal debe asentarse en un "equipo intergeneracional y paritario", hizo hincapié en que una vez concluido el debate interno y elegida la nueva cúpula, todo el partido debe cerrar filas. De lo contrario, en marzo habrá otra debacle.

Para esa cita crucial para los socialistas, es esencial volver a atraer hacia las siglas del partido a ese "voto desencantado". Griñán recordó la victoria en 1996 del PP en las elecciones generales, triunfo que no tuvo su reflejo en la comunidad autónoma, donde vencieron los socialistas. "A todos los que han manifestado (...) su distancia con el PSOE les expresamos nuestra voluntad de superarnos y de mejorar nuestro trabajo para ganar en credibilidad y establecer una relación renovada con todos los sectores sociales", recoge el manifiesto que el PSOE-A difundió ayer. En esta misma idea abundó Griñán, quien pidió a los militantes que mantengan "la tensión hasta marzo" para "recuperar la receptividad y solidez de nuestro electorado".

En el plano institucional, Griñán dibujó un escenario de colaboración con el futuro Gobierno que presidirá Mariano Rajoy. "Tendrá todo nuestro apoyo" en la defensa de un modelo social que aquilate el Estado del bienestar, en el que primen los derechos sociales -cobertura por el desempleo, educación y sanidad públicas, etc.- , y la oposición más beligerante si la hoja de ruta del Gobierno la marcan "los especuladores financieros".