El PSOE baja el telón de Rafael Blanco
La Junta pone fin a la interinidad del equipo de gobierno nombrando al ya ex portavoz municipal como nuevo director gerente de la principal agencia dedicada a promover las obras públicas en Andalucía
El PSOE bajó el telón municipal de la actividad política de Rafael Blanco Perea, candidato de esta fuerza política en las elecciones de 2007, al que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, a propuesta de la consejera de Obras Públicas, Josefina Cruz Villalón, nombró como nuevo director gerente de la Agencia de Obra Pública de Andalucía, la nueva entidad resultante de la fusión de Giasa y de Ferrocarriles de Andalucía y que está encargada de convertirse en el brazo inversor del Gobierno autonómico en uno de sus momentos más complejos desde el punto de vista de los recursos.
Blanco cambia un cargo netamente político por un puesto de inspiración partidaria pero de gestión técnica. Tendrá bajo su responsabilidad un grupo de 150 profesionales de alta cualificación en una entidad que prácticamente está por conformar y que se enfrenta a nuevas iniciativas, como desarrollar proyectos públicos captando para ello dinero privado. Blanco será el responsable técnico, por ejemplo, de la licitación y ejecución de la Ronda Norte, los tranvías o los proyectos de metro responsabilidad del Gobierno andaluz.
El hasta ahora concejal del Ayuntamiento de Córdoba presentó ayer su renuncia como representante electo de la ciudadanía en un acto administrativo que tendrá vigencia a partir de hoy. Está previsto que el Pleno se reúna de urgencia durante esta misma tarde para conocer su marcha a Sevilla, lo que abre la puerta a la remodelación definitiva del gobierno de la ciudad, que lleva en una situación de interinidad desde finales del pasado mes de diciembre. Blanco mantuvo ayer su agenda. Presentó una función en el Gran Teatro, El invierno bajo la mesa, y por la tarde -cuando ya era conocido su nuevo nombramiento- asistió a la inauguración de una exposición fotográfica encuadrada en la Bienal.
"Tengo muchas ganas de empezar esta nueva etapa", decía ayer el nuevo director gerente de la Agencia de Obra Pública, que será sustituido por Rafaela Valenzuela como concejal de Cultura del Ayuntamiento. Blanco aseguró que se incorpora hoy mismo a su nuevo despacho, en un edificio de la isla de La Cartuja, tras haber mantenido varias reniones con la consejera Josefina Cruz para ponerse al día de sus nuevas responsabilidades. "Es muy importante que en estos momentos económicos las obras públicas mantengan un buen nivel", aseguró. Rafael Blanco dijo que va a ponerse al frente de un equipo "muy profesional" que afronta nuevas iniciativas, como la colaboración público-privada o "el redimensionamiento" de los principales proyectos públicos de inversión ante el impacto de las políticas de contención presupuestaria en un momento en que controlar el déficit es la bandera de todas las administraciones.
"Estoy orgulloso de todo lo que dejó atrás", dijo Blanco en una conversación telefónica realizada en la tarde de ayer, dedicada a las últimas despedidas y a realizar los trámites oficiales. El ya ex teniente de alcalde de Cultura se mostró particularmente satisfecho de su labor en este área y, en general, por los tres años y pico que ha estado en el gobierno de la ciudad "por la parte que me toca". Blanco aseguró que este trabajo "culminará con la Capitalidad Cultural", una iniciativa en la que ya no podrá participar puesto que el dossier definitivo tiene que entregarse durante Semana Santa mientras que todo el proceso concluirá a finales del próximo mes de junio. El Partido Socialista tiene que cubrir el hueco que deja Rafael Blanco en el patronato de la Fundación Córdoba Ciudad Cultural, la entidad que junto con la Oficina de la Capitalidad, dirige los trabajos de la candidatura. Blanco seguirá durante tres años más como presidente de Córdoba Ecuestre tras ser reelegido hace apenas una semana.
Hasta el tono de voz le cambió ayer al candidato municipal del PSOE. Se le notaba más vivo. Blanco sostuvo hasta el pasado mes de septiembre su intención de repetir como cabeza de lista de los socialistas a las municipales. Miguel Ángel Moratinos se cayó del cartel y Blanco jugaba en desventaja numérica con Juan Pablo Durán, quien hizo valer sus apoyos internos dentro de la estructura del partido que facilitaron su elección por unanimidad pero con un intenso debate.
La vuelta de Blanco al Consistorio (fue edil entre 1999 y 2003) comenzó en 2006, cuando ocupaba el puesto de director general de Deportes del Gobierno de España. La dirección andaluza y provincial le propuso como candidato frente a la opción de Antonio Hurtado, quien había sido un auténtico martillo pilón contra IU. Los resultados de las elecciones no le acompañaron y no pudo superar los cuatro ediles obtenidos por José Mellado en 2003. Desde el primer momento, se vio que las cosas no le iban a ser fáciles con desplantes de quienes le habían abierto las puertas.
Blanco optó por no asumir la cartera dura de Urbanismo para no repetir los fallos de Mellado, que corrió con la erosión y facilitó la victoria electoral de Rosa Aguilar. A cambio, intentó que el PSOE fuese "el motor" del equipo de gobierno condicionando decisiones. Se las tuvo tiesas con IU a cuenta de iniciativas urbanísticas como la legalización fallida de las naves de Colecor o el plan especial de Caballerizas Reales. Izquierda Unida maniobró hábilmente para zafarse de esa presión apelando al secretario provincial, Juan Pablo Durán, que ya preparaba sus aspiraciones como alcaldable. Éste acabó por llegar a decir que la única voz del partido era él y que lo de Blanco eran opiniones personales. Durán hereda unas perspectivas electorales y políticas verdaderamente difíciles.
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