El PSOE rechaza el gran pacto por la educación que le propone el PP

Chaves recuerda a Arenas que su partido no se sumó al acuerdo político, social y sindical que supuso la Ley de Educación de Andalucía aprobada hace sólo un año

Charo Solís / Sevilla

13 de marzo 2009 - 05:04

El PP intentó ayer rescatar en la sesión de control al Gobierno una propuesta ya vieja: un "gran pacto andaluz por la educación". En la campaña electoral de 2008, el presidente del PP-A, Javier Arenas, ya lanzó este mismo reto como elemento estratégico para conseguir en 2012 el pleno empleo. Hoy este objetivo se difumina en un horizonte incierto, pero para el líder popular sigue siendo la "formación del capital humano" la clave para corregir la creciente tasa de paro, de ahí que invitara al PSOE al consenso necesario para dotar a Andalucía de un marco educativo ajeno a los vaivenes políticos, que fortalezca la calidad de la enseñanza, fomente la cultura del esfuerzo y emprendedora.

La propuesta de Arenas contó de inmediato con el rechazo frontal del presidente andaluz, Manuel Chaves. Su argumento: hace poco el PP se descolgó del que ya fuera un pacto político, sindical y cívico que fue la Ley de Educación de Andalucía -aprobada en noviembre de 2007- y que, como recordó, recoge precisamente los mismos objetivos marcados ahora por el PP.

Chaves quiso minimizar el discurso "catrastrofista" del PP sobre el nivel educativo de Andalucía, apoyado en el informe PISA y los datos de inversión por alumno del Ministerio de Educación (1.000 euros menos de la media nacional), y le recordó que si Andalucía no está a la cabeza, tampoco está en la cola. Así, mencionó que en la comunidad, aparte de destinar el 1% del PIB a I+D+I, se ha duplicado el número de universitarios, el 50% de los colegios cuentan con un ordenador por cada dos alumnos (centros TIC) y otros tantos son bilingües, y los profesores acaban de homologar su situación económica a la del resto del país. Además, los esfuerzos se dirigen ahora a erradicar el abandono escolar, y citó la última medida y promesa electoral de su partido puesta en marcha: las becas de 6.000 euros para los estudiantes con escasos recursos para que no dejen de estudiar.

Arenas no admitió estos datos y los rebatió con los suyos propios, haciendo especial hincapié en la tasa de fracaso escolar (33%), los ciclos "obsoletos" de Formación Profesional y todo lo que eso conlleva, como que hoy en día el 70% de quienes están en el paro carezcan de estudios o sólo tengan estudios primarios. Ante este panorama, no dudó en reclamar a Chaves, en función de su "responsabilidad histórica", su implicación en ese pacto necesario en un contexto de competitividad europeo que auguró que se complicará en breve para los andaluces.

El choque de Chaves con Arenas, aunque menos agrio que en ocasiones anteriores, tal vez, por el efecto de la tensión provocada por el desalojo de los ex mineros de Boliden de la Cámara, volvió a servir para que los dos líderes se intercambiaran sus descalificaciones habituales: del "perfecto fracaso" como gobernante para Chaves, al líder del "partido del no" para Arenas. En esta horquilla se movieron, aunque el presidente, por el efecto de la costumbre del mensaje popular de su "agotamiento", no cambió la respuesta que ya llevaba preparada, y aunque en esta ocasión Arenas lo obvió, él si lo sacó a relucir. Pero tuvo que modificar su discurso sobre la marcha: si esta vez el "agotamiento" no era suyo, sí lo era de Arenas.

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