Andalucía no permanecerá ni pasiva ni callada" ante la reforma del Estado. La presidenta de la Junta, Susana Díaz, está dispuesta a volver a los escenarios de la política nacional, pero no para competir dentro de su partido por el liderazgo, sino para intervenir en el debate que se está abriendo sobre la organización territorial de España y sobre la financiación autonómica. Ella cuenta con un problema: que sus opiniones sean entendidas en clave pretérita, como un intento de hacerle oposición a su secretario general, Pedro Sánchez. Pero en España se van a poner en marcha dos grandes reformas.

Una es el nuevo modelo de financiación, esencial para Andalucía, para la Junta, y otra es la de una posible reforma constitucional en clave catalana. Por eso no podrá estar callada. "Andalucía no es la refractaria ni la defensora del actual statu quo, no es así, el mayor homenaje que le podemos hacer a la gente que salió aquel 4 de diciembre y 28 de febrero es hablar con la cabeza bien alta", señaló. Es un propósito que cumplirá, nadie duda de esa voluntad, aunque habrá que comprobar cómo se recibe desde dentro del PSOE que la presidenta vuelva a intervenir en estos asuntos.

El de este miércoles es el segundo Debate anual del estado de la Comunidad. El anterior fue en junio pasado, y desde entonces han cambiado dos cosas: el ritmo de creación de empleo ya no es tan bueno y la insurrección institucional catalana ha abierto una posible vía de reforma constitucional. Esta última fue la concesión que el presidente Mariano Rajoy hizo a Pedro Sánchez para que el PSOE apoyase la aplicación del artículo 155. De momento, la presidenta andaluza no ha hablado sobre ello, se ha andado con cuidado para no interferir en su partido, a pesar de que el giro de un PSOE más comprometido con la estabilidad del Estado es lo que le diferenciaba a ella de Pedro Sánchez.

Este miércoles quedó constituida en el Congreso la comisión de evaluación del modelo territorial, que está presidida por el socialista José Enrique Serrano -antiguo colaborador de Felipe González y de José Luis Rodríguez Zapatero-, pero de eso no se habló en el Parlamento andaluz.

Susana Díaz/ Juan Carlos Muñoz

Hubo mucho cuidado por parte de la presidenta andaluza de no referirse en exceso a Cataluña. La oposición la estaba esperando ahí para criticarla, de modo que el debate pasó como por encima sobre el monotema, sin citarlo, pero presente.

"El mayor homenaje que podemos hacer al 4-D y al 28-F es hablar con la cabez bien alta"

Susana Díaz sólo se refirió a Cataluña cuando la portavoz de Podemos, Teresa Rodríguez, le sacó el asunto. "No sé si usted defiende -indicó- el modelo de Pablo Iglesias, que me parece una barbaridad, o el de Urbán y los Anticapitalistas, que me parece otra barbaridad; lo que sí sé es que quiero un modelo federal, no confederal, es un modelo de autogobierno, pero voy a estar vigilante de que el mandato del 4 de diciembre era el de la igualdad". En su respuesta, Teresa Rodríguez le contestó que Mariano Rajoy no les concederá la reforma constitucional, tal como había pactado con Pedro Sánchez. Es posible. Hay una parte del PP y del Gobierno que no desea abrir ese melón para satisfacer a quienes siempre estarán insatisfechos en Cataluña.

Díaz en un momento de su intervención

La presidenta aprovechó la oportunidad para resaltar que la estabilidad que le da el acuerdo con Ciudadanos le permite aprobar los Presupuestos de 2018 y agotar la legislatura, que debe acabar en primavera de 2019. En el discurso anunció algunas medidas relacionadas con el empleo -la mayor parte conocidas- y que dejará de colocar publicidad en aquellos medios que tengan anuncios relacionados con la prostitución.

Susana Díaz y su Gobierno llevan reclamando desde hace un año a Mariano Rajoy que comience a negociar el nuevo modelo de financiación autonómica. El actual es malo para Andalucía, lo reconoce incluso la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que lo confesó el lunes pasado en Málaga. La presidenta le recordó la aseveración al líder del PP, Juanma Moreno: "Dígalo conmigo, señor Moreno, Andalucía está mal financiada, yo no tengo que llamar a ningún sitio porque soy la presidenta de la Junta, pero si usted tiene que pedir permiso, ése es su problema". Entre PP y PSOE se pueden culpar mutuamente por los efectos del actual sistema. Juanma Moreno recordó, y con razón, que el actual fue fruto de un acuerdo del PSOE andaluz y de la Junta con ERC y la Generalitat. "Siendo yo diputado por Málaga, voté en contra de este sistema de financiación", le dijo el líder del PP a Susana Díaz.

Con independencia de estos reproches estériles, el Gobierno central tiene pendiente la apertura de esta negociación de las cuentas y es posible que, tal como teme Susana Díaz, todo se vaya a retrasar otra vez con el argumento real, o excusa, de Cataluña. Tengamos en cuenta que la Generalitat no está presente en la mesa de negociación; de momento, no ha enviado a ningún representante. Habrá que esperar a las elecciones del 21 de diciembre para certificar si la rectificación general de los independentistas conlleva una reapertura de diálogo con el Gobierno, también en asuntos de financiación.

Las imágenes del Debate sobre el Estado de la Comunidad

¿Es, realmente, perjudicial el modelo para Andalucía? Sí, lo es, pero también lo es para Cataluña, para Madrid, para Valencia y para Baleares, para las comunidades más pobladas en definitiva, por lo que la negociación será muy complicada. Cuando Susana Díaz denuncia que la diferencia de gasto por habitante es de 818 euros entre Andalucía y la comunidad mejor financiada dice la verdad, pero estas últimas atienden a tan pocos ciudadanos que no se les puede señalar como los culpables de un retraimiento de los fondos. Dijo algo Susana Díaz que poco se atreven a explicar: es muy difícil hallar una solución justa si damos por hecho que el nuevo sistema no puede significar una merma de ingresos para algunas comunidades.

Algunos han comparado el modelo como una manta que cubre a 15 personas con frío: para abrigar mejor a unos hay que desabrigar a otros. No es exactamente así, ya que pueden generarse nuevos recursos, bien desde el Estado bien mediante nuevos ingresos por otros impuestos, como el IVA, pero hay mucho de cierto en que se trata de un reparto y la suma debe ser cero. Lo que el Gobierno andaluz intenta es llegar a Madrid con un apoyo superior al del grupo parlamentario socialista. Intenta que se sume Ciudadanos e, incluso, el PP. Lo que sí va a crear es un grupo de expertos que le den suficientes argumentos para demostrar que el modelo es malo para la comunidad.