Elecciones Andalucía

Un jarrón chino llamado Pedro Rodríguez

  • El PP espera que el alcalde saliente abandone pronto el Ayuntamiento para facilitar la renovación

En el panorama político onubense hay abiertas dos incógnitas evidentes que deberán ser despejadas a corto plazo. La primera de ellas es la fórmula que pactarán PSOE e IU para garantizar a Gabriel Cruz una sosegada toma de posesión como nuevo alcalde de la ciudad. Pura lógica política y también aritmética a la vista del reparto de concejales. La otra pregunta se instaló como una nube pesada y densa sobre el bando de los derrotados la noche del 24: ¿Cuándo dará Perico Rodri el paso atrás para que su sucesor tome la dirección del grupo popular en el Ayuntamiento?

El Partido Popular se jugó en los comicios la carta de Pedro Rodríguez por dos motivos fundamentales: su grado de popularidad y la falta de un candidato alternativo debido a la propia desidia del partido, incapaz de preparar una alternativa que, a la vista de los resultados obtenidos, hubiera amortiguado quizá el batacazo electoral. O no. Sea como fuere, el ciclo político de quien ha sido alcalde durante veinte años ha terminado. Y así lo entiende también la dirección del PP, que espera del regidor ahora en funciones pase a la reserva.

Como ha sucedido con muchos otros responsables públicos que antaño tuvieron un respaldo mayoritario de los ciudadanos, la figura de Rodríguez se asemeja a ese jarrón chino con el que se autodefinió Felipe González tras abandonar la presidencia del Gobierno en 1996. Todos (o casi todos) sienten afecto por él, pero nadie sabe exactamente qué hacer con él, dónde colocarle sin que estorbe, quede en fuera de juego por no casar con el nuevo decorado o se rompa en mil pedazos... Lo más sencillo, prudente y previsible es que aquel huracán Perico que ganó cinco elecciones de forma consecutiva opte por retirarse cuanto antes de forma prudente sin hacer ruido.

Varios miembros de la dirección de los populares mostraron ayer su sorpresa porque Rodríguez no haya hecho siquiera amago de abandonar el Consistorio y que en su comparencia pública en la noche electoral dejase abierta la posibilidad de querer continuar como máximo referente de los populares en la Casa Grande. Es verdad que tampoco dijo lo contrario, pero más uno deseó que allí mismo hubiera protagonizado su última escena, entonando el adiós arropado por un aplauso cerrado de los suyos.

Ayer, en su perfil de Facebok, Pedro Rodríguez agradeció a todos sus colaboradores y trabajadores municipales el trabajo realizado, además de felicitar a Gabriel Cruz como ganador de las elecciones. "Le llamé anoche. Le deseé suerte. Y me puse a su disposición, para trabajar por Huelva", señaló el alcalde saliente. Pero ni una pista más.

Hace justo cuatro años, su rival socialista en las elecciones, Petronila Guerrero, tardó exactamente tres días en digerir una derrota igualmente dura y en comparecer públicamente para anunciar no su despedida, sino su intención de optar nuevamente a la Alcaldía de Huelva como cabeza de lista del PSOE. Nadie le enmendó la plana en aquel momento, pero poco después fue designada como cabeza de cartel socialista con alfombra roja rumbo al Senado. Hoy, su figura y relevancia política se han diluido por completo.

Nadie en el PP desea que algo parecido pueda suceder, no solo por el currículo que deja atrás Perico Rodri, sino porque una despedida por la puerta grande y a tiempo sería simultáneamente la mejor bienvenida para su sucesor, dejándole tiempo para hacer su equipo de trabajo y preparar una posible candidatura a la Alcaldía en 2019. La designación de Ángel Sánchez como número dos de la lista municipal de los populares no fue casual. Que comience a trabajar en su propio modelo de organización es cuestión de tiempo y de que se lo hagan fácil.

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