Una de las filiales de Iniesta se hace con la conservera Rey de Oros
Alimentación Iniesta comercializará dos líneas de productos, conservas de máxima calidad y pescado fresco para exportación
El Grupo Iniesta, especializado en productos de alimentación y bebidas, como aceite de oliva y vino, ha informado de la compra del 100% de la conservera Rey de Oros, que ocupa unos 10.000 metros cuadrados en el polígono industrial El Olivar de Barbate.
Las pretensiones que esta empresa, que es una de las filiales de Bodegas Iniesta, propiedad del jugador del Fútbol Club Barcelona Andrés Iniesta, es retomar la actividad de esta empresa señera en el mundo de las conservas.
La intención del grupo es abrirse el mercado japonés y chino, donde el jugador catalán es reconocido y admirado, por lo que estas líneas de comercialización de conservas y pescado fresco supondrían entre el 85 y el 90% de la producción que se realice en Barbate de caballa, melva, sardinas y langostillos, a los que se sumarían en el futuro los mejillones.
Serían conservas de alta calidad para hoteles y tiendas gourmet. La inversión prevista es de 1,2 millones de euros, cantidad que permitirá renovar las instalaciones productivas e incorporar nuevas líneas.
La empresa Alimentación Iniesta SL, será la encargada de afrontar el reinicio de la actividad conservera de Rey de Oros en este mismo mes de enero, ya que se encontraba en situación concursal. Será con la comercialización de pescado fresco, Iniesta Fisch, mientras que para mediados del próximo mes de febrero comenzará la comercialización de las marcas Rey de Oros, Iniesta Gourmet e Iniesta Barbate.
En relación al personal, se asegura que el número de trabajadores estimado para las dos líneas de producción será de 25. Además, está prevista la creación de 80 puestos de trabajo indirectos para el mantenimiento, transportes y servicios generales.
La nueva propietaria de Rey de Oros, cuya marca comercial está inmersa en un pleito jurídico entre los herederos de la fábrica, ha asegurado que este asunto no retrasará su puesta en funcionamiento. De igual manera, se asegura que "Rey de Oros se encontraba, en situación concursal, con deudas por valor de más de 4,8 millones de euros y la actividad parada prácticamente desde 2013".
En el informe de gestión de ese mismo año, la conservera destacaba que "habían detectado irregularidades que habían llevado a la realización de una auditoría externa, a la par que una grave situación de despatrimonialización".
En la memoria se acusaba a "la dirección de la compañía, con Monserrat Ramírez Romero al frente tras el fallecimiento de su padre, de falta de competencia, inexistencia de un departamento comercial para la gestión de ventas y falta de compromiso".
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