Arte

El año de Sorolla y su 'Visión de España'

  • Se pudierion ver catorce enormes lienzos del pintor valenciano que nunca habían salido de la Hispanic Society de Nueva York.

Pasarán meses, tal vez años, antes de que se extinga la estela que ha dejado a su paso Sorolla. Visión de España, la exposición temporal más vista en la historia de los museos españoles y, por supuesto, de sus dos sedes andaluzas: el Bellas Artes de Sevilla (donde alcanzó 132.000 visitas) y el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de Málaga (161.220 registros).

Los motivos de este éxito de público son muchos y todos ellos vienen a confirmar el interés por la obra del pintor valenciano y el reconocimiento al esfuerzo titánico que la fundación Bancaja realizó para traer a España estos catorce lienzos que resumen el paisaje, las gentes y las costumbres de sus diferentes regiones en el siglo XIX. Un total de 60 metros de pinturas al óleo que nunca antes habían salido de su sede neoyorquina: la Biblioteca de la Hispanic Society, adonde regresarán definitivamente este año.

2008 será recordado también por las sobresalientes exposiciones dedicadas por el CAC Málaga a Roni Horn (Nueva York, 1955) y Tracey Emin (Londres, 1963), dos reconocidas artistas internacionales que nunca antes habían expuesto individualmente en España. El CAC revisó también las aportaciones estéticas del mallorquín Miquel Barceló y del sevillano Curro González, esta muestra en feliz coincidencia con la de la galería Rafael Ortiz.

Curro González encarnó, por otra parte, la escasa cuota pictórica en Youniverse, la Bienal de Arte Contemporáneo de Sevilla, que en su tercera edición se extendió a Granada y apostó fuerte por la tecnología. Los contenidos interactivos diseñados por Peter Weibel convencieron a la crítica y al público, que triplicó la cifra de visitantes en las sedes del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y el Palacio de Carlos V de La Alhambra.

En Granada, el siempre interesante Centro José Guerrero acogió la retrospectiva dedicada al artista barcelonés Antoni Muntadas, una reflexión crítica sobre la construcción del miedo con obras desde los años 70 y 80 hasta la actualidad. En Sevilla, el Centro Cultural Cajasol recordó la trayectoria del desaparecido Carlos Alcolea y de sus compañeros de la Nueva Figuración Madrileña; en Córdoba, las jornadas Mayo del 68. La última vanguardia, que coordinó Ángel Luis Pérez Villén, pusieron de relieve el elemento de catarsis artística que introdujeron aquellos prolíficos años.

La fotografía contemporánea conoció un fuerte impulso en toda la comunidad. Además de la Bienal de Córdoba y del festival Sevilla Foto, capitales como Almería y Cádiz se beneficiaron de la agenda del Centro Andaluz de la Imagen, que dirige Pablo Juliá y propició muestras como la de Emilio Morenatti sobre Palestina y Pakistán. Córdoba, además, entregó el premio Pilar Citoler de fotografía contemporánea a Manuel Sonseca y Cádiz homenajeó en su Castillo de Santa Catalina a Cartier-Bresson. Con todo, la apuesta más ambiciosa en este campo la protagonizaron el Museo Picasso y el CAAC, que recorrieron cronológicamente la representación de lo humano en la fotografía del siglo XX (Málaga se centró en los primeros cincuenta años y Sevilla en la segunda mitad).

El atractivo de los discursos contemporáneos (incluida la revisión que del Accionismo Vienés acogió el CAAC en su sede del monasterio sevillano de la Cartuja) no eclipsó las manifestaciones artísticas de otras épocas, algunas tan atractivas como las joyas de la Bética Romana que la Fundación Focus-Abengoa mostró en su legendaria exposición El rescate de la Antigüedad Clásica en Andalucía.

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