"Mamá, ¿por qué esta cofradía se llama los Negritos, si los nazarenos van de blanco?" La pregunta la hace un niño de unos cinco años en la plaza de Jerónimo de Córdoba. El niño, perfectamente vestido de Jueves Santo, juega en los columpios de la plaza y es su madre quien le dice que se acerque para ver la cofradía. La cruz de guía avanza ya hacia Santa Catalina. A unos metros, el gentío se arremolina en la taberna del Peregil.

"Se llama los Negritos porque los que la fundaron eran esclavos negros, hace muchos, muchos años. Es una de las hermandades más antiguas de toda Sevilla". La mujer le cuenta a su hijo que la cofradía se fundó para proteger y asistir a los esclavos y que hubo varios siglos durante los que sólo los negros podían pertenecer a ella. "Ya, mami, pero entonces, ¿por qué los nazarenos visten de blanco y no de negro?".

"Pues eso no lo sé, pero que yo sepa siempre han vestido de blanco", responde la madre. Al niño se le olvida la pregunta y se entretiene en pedir caramelos a los muchos pequeños que lleva esta cofradía. Casi ni se da cuenta de que llega el primer paso de los Negritos, con el Cristo de la Fundación clavado en un originalísimo monte de tulipanes y espinas de acacias. Un exorno floral de esos que dotan de valor añadido a las imágenes, de esos que hacen que cada año la Semana Santa sea distinta.

La zona de Rialto está plagada de mantillas. Algunas se fotografían con el paso del cristo de fondo, una de las estampas más clásicas de la Semana Santa. La cofradía viene desplegada, avanzando a buen ritmo, con los nazarenos ocupando casi todo el ancho de la plaza de Ponce de León. El niño preguntón se ha vuelto a los columpios a jugar con otros. Uno saca una bola de cera, sólo para presumir porque los nazarenos todavía llevan los cirios apagados.

Se oye ya el palio modernista de la Virgen de los Ángeles. Viene a buen ritmo, siempre andando, también con un exorno floral exquisito. En las velas de la candelería se lee una leyenda. "Ángeles para la vida". La hermandad impulsa desde hace tiempo una campaña para la donación de órganos, de la mano de uno de sus hermanos, el coordinador de trasplantes de Andalucía, José Pérez Bernal.