SI a alguien le anima consultar los partes meteorológicos, que dan agua para más de media Semana Santa, es, además de a los agricultores, a los responsables del dispositivo de seguridad. La lluvia resta gente de las calles y eso siempre juega a favor de la tranquilidad. De hecho, las deficientes planificaciones de los últimos años sólo dieron la cara en 2015, precisamente porque el buen tiempo llenó de gente el centro de la ciudad.

La Madrugada, la jornada más conflictiva por el perfil de público que acude al casco histórico y por las escasísimas inspecciones sobre la venta indiscriminada a de alcohol, reventó por una pelea en las setas de la Encarnación. Aquella reyerta generó una desbandada de personas que se convirtió en estampida y arrolló a la cofradía del Silencio cuando cruzaba desde la calle Cuna a Orfila. Los incidentes no llegaron a ser de la gravedad del año 2000 -esta vez no era nada organizado-, pero sí pusieron de manifiesto las carencias de un dispositivo de seguridad que se antojaba más que insuficiente para una de las noches más conflictivas del año.

El Cecop (Centro de Coordinación Operativa del Ayuntamiento de Sevilla), un invento que funcionó casi a la perfección desde el año 2000, fue perdiendo peso con la llegada de Juan Ignacio Zoido a la Alcaldía. La lluvia de los primeros años del mandato tapó las carencias de los planes de seguridad. Para la Madrugada de 2015, sólo había 22 policías locales disponibles para atender cualquier imprevisto, ya que el grueso del dispositivo -en total eran 185 agentes- estaba en la carrera oficial o acompañando a las cofradías.

El Ayuntamiento ha blindado la Madrugada de 2016. Para ello sacará alrededor de 400 policías locales a la calle. De ellos, 270 estarán en el área de influencia de la carrera oficial entre las diez de la noche del Jueves Santo y las diez de la mañana del Viernes. Además, el Consistorio colocará vallas para que nadie pueda acceder a la plaza mayor de las setas de la Encarnación. Aún está en estudio si se instalan arriba o al principio de las escaleras, que suelen ser utilizadas como gradas por el público para ver el paso de las cofradías, que esa noche son los Gitanos y la Macarena. El cerco se activará a las diez de la noche del Jueves Santo. De esta forma se impedirán las botellonas en la zona alta de la plaza.

En la Madrugada habrá dos puntos que contarán con medidas de seguridad especiales: las calles Daóiz y Murillo. Ambas son vías muy estrechas y se espera que haya una gran aglomeración de público en ellas, al paso de la cofradía del Silencio, en el caso de la primera, y de la Esperanza de Triana, en el de la segunda. Además, el Consistorio asegura que velará para que los bares cumplan su horario habitual de cierre y que reforzará las inspecciones en las tiendas para que no infrinjan el horario permitido para la venta de alcohol.

El otro día conflictivo, más por la cantidad de público que se concentra en un espacio muy reducido que por el tipo de personas que lo hacen, es el Domingo de Ramos. Ya el año pasado algunas cofradías, como la Hiniesta, tuvieron serios problemas para poder avanzar entre una enorme bulla que se había generado en la Plaza del Pan. Ante la falta de policías, la cofradía colocó a sus costaleros de refresco para que formaran un cordón de seguridad que permitiera el paso de los nazarenos, que tuvieron que hacerlo en fila de a uno en buena parte de los tramos.

Para evitar esto, el Ayuntamieto y la Subdelegación del Gobierno en Sevilla han diseñado un plan que divide el centro en 17 zonas de actuación prioritaria. Son las siguientes: la curva formada por Javier Lasso de la Vega, Trajano y la plaza del Duque; la llegada a la Carrera Oficial desde Alfonso XII; el eje San Pablo, plaza de la Magdalena y O'Donnell; el arco del Postigo; el sector del Arenal; la zona de las plazas Virgen de los Reyes y del Triunfo; todo el entorno de la Catedral; la salida de la misma hacia Alemanes y Placentines; Argote de Molina, Francos y la Cuesta del Rosario; la plaza del Pan; la Alfalfa; la plaza del Salvador y la calle Cuna; la llegada por la Encarnación a través de Laraña; y la entrada por Orfila hacia Javier Lasso de la Vega. A estos quince puntos se les suman los dos de la Madrugada en Daóiz y Murillo. En estos cruces se impedirá la instalación de sillas plegables, aunque el Ayuntamiento no ha explicado bien cómo lo va a hacer, si enviará a la Policía Local a decirle al público que se levante y bajo qué precepto legal se puede obligar a alguien a que no coloque una silla plegable en la vía pública y se siente. Las sillas sí se tolerarán en zonas más amplias que no supongan un riesgo ante una posible situación de emergencia.

Una de las novedades importantes que presenta el dispositivo de seguridad es un plan anticangrejeo, que intentará retirar las masas de público que preceden a los pasos. Estas medidas se activarán en tres puntos concretos: el arco del Postigo, la Cuesta del Rosario y Argote de Molina. En los dos primeros se recurrirá a una serie de vías de evacuación, mientras que en la Cuesta del Bacalao se aforará la calle cuando la Policía estime que esté a punto de colapsarse. En las tres zonas habrá equipos conjuntos de policías locales, nacionales y agentes de Protección Civil, que estarán desde antes de que pase la cofradía y durante el discurrir de la misma.

Estos equipos conjuntos velarán primero por que nadie coloque una silla plegable que obstaculice las posibles vías de evacuación. Después, cuando llegue el paso, se dedicarán a disolver la masa de cangrejeros, para dotar primero de fluidez al paso de la cofradía, y después, para favorecer al público que lleva esperando desde antes de la llegada de la cruz de guía. Los cangrejeros serán retirados por los equipos conjuntos de policías y Protección Civil, que los derivarán hacia las vías de evacuación. En el caso del Postigo, se utilizará como tal Tomás de Ibarra. En el de la Cuesta del Rosario, si la hermandad avanza desde Francos hasta la plaza del Pan, se utilizarán calles como Huelva o Herbolario. Si el cortejo sube la Cuesta del Rosario hacia la plaza de la Pescadería, la masa de público que viene con el paso será derivada hacia la plaza del Pan. Para garantizar el éxito de este plan, las calles que se utilizarán como vías de evacuación han de estar completamente libres de público. A esto se dedicará otro equipo de agentes.

En el caso de la Cuesta del Bacalao, al no haber calles que puedan funcionar como vías de evacuación rápida, la Policía aforará la calle y cortará el acceso de público en el momento en que ésta esté colmatada. Tampoco en esta calle se permitirá la colocación de sillas y la Policía irá levantando a las personas que las pongan en el suelo.

El Ayuntamiento activó el plan especial de tráfico la medianoche del Viernes de Dolores, y lo mantendrá vigente hasta la misma hora del Domingo de Resurrección. El tráfico en el centro quedará restringido durante toda la Semana Santa. Habrá 14 puntos de control de acceso al casco histórico y 53 cámaras ubicadas en los viarios principales, más otras 21 en los puntos de acceso y salida del casco antiguo. Durante este periodo, se pondrán en marcha una serie de medidas para facilitar el desplazamiento de los vehículos y peatones, así como evitar el aparcamiento descontrolado de automóviles y garantizar el rápido acceso de los vehículos de emergencia. El servicio municipal de grúa estará organizado para prestar servicio por zonas con el objetivo de intervenir lo más rápido posible cuando se produzca alguna incidencia.

La regulación de los accesos al centro se realizará todos los días desde las doce del mediodía hasta las dos y media de la madrugada del día siguiente. La carga y descarga podrá realizarse desde mañana de 07:00 a 13:00.