Consumo

Los trucos de una frutera para elegir el mejor melón y sandía: "En el rabito está la clave"

Trucos de una frutera de Triana para acertar con las sandías y los melones

¿Cómo podemos saber si una sandía o un melón están su momento ideal para consumirlos? ¿Cuáles son las señales externas que revelan que su interior está lleno de una carne densa, fresca y jugosa?

A los ojos expertos, pocas señales bastan para escoger el mejor fruto entre cientos de ejemplares: un simple vistazo sobre la pieza es suficiente para Conchi Jiménez Vela, frutera del sevillano barrio de Triana, para saber si un melón o una sandía son buenos. Sin embargo, al consumidor de a pie no resulta tan fácil hacer esta distinción y en ocasiones ha de poner los cinco sentidos para elegir la mejor de las piezas.

La vista: color intenso y rabito seco

¿Cómo reconocemos si un melón y una sandía están en su punto a simple vista? 

El color de la corteza es uno de los principales delatores: ha de ser verde oscuro intenso y con una aureola o mancha amarilla, claro signo de maduración.

En lo que respecta a la sandía, tendremos que fijarnos además en la característica cola o "rabito". Cuando está seco "con toda probabilidad la sandía esté en un buen momento para ser consumida. Es clave", explica Conchi.

El tacto: compacto y pesado

Un buen melón y una buena sandía hace que las manos cedan al cogerlos, tal y como narra Conchi: "Por su peso sabremos si valen o no. Cuando hablo de peso me refiero a que al sujetarlo notemos que esté macizo, que esté entero. En definitiva, que notemos que no está hueco".

Una vez comprobado, es recomendable presionar con los dedos los extremos, algo que nos revelará en qué punto de maduración se encuentra: "si la cáscara ceder un poquito a la presión de los dedos es buena señal".

El oído: un "cachetazo" revelador

El famoso y viejo truco de golpear la sandía para comprobar si está buena o no, funciona.  La frutera de Triana asegura que basta con "golpear levemente la sandía con la mano, como un cachetazo". En caso de que la sandía esté en su punto, el sonido será hueco y contundente.

El olor: fresco y fuerte

El olfato es el sentido por excelencia, junto al sabor, para detectar la calidad de los alimentos. Una vez abierto, la sandía y el melón de calidad han de darlos un intenso aroma a fruta fresca

El sabor agrio: el melón sí, la sandía, no

Por lo general, los consumidores prefieren que la carne del melón y la sandía sean dulces. Sin embargo, hay personas que dejan que el melón se "avinagre" un poco con el paso del tiempo. "La agrura (sabor agrio)  no tiene por qué ser necesariamente señal de que un melón esté para tirarlo. De hecho hay gente que lo prefiere así. Sin embargo, la sandía no hay quien se la tome así".

Lo que sí debemos encontrar siempre en el interior de una pieza fresca y madura es una carne lisa, compacta y jugosa

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