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Alegría para el Palau

  • Optimismo Las dos últimas, y únicas, victorias desprenden de presión a los sevillanos en una cancha complicadísima Virtud Con la fuerza defensiva a la vista, falta que el equipo de Plaza carbure en ataque

Cuando uno viaja a Barcelona, sabe que no va a una pista agradable, cómoda, asequible. Si toca Manresa, el Nou Congost, pista pequeña, afición entusiasmada y equipo guerrillero, siempre tiene un plus desfavorable para el rival invitado; en el caso de que haya que desplazarse a Badalona, en el Olímpic espera un bloque casi siempre de calidad, casi siempre con canteranos de nivel, casi siempre con la hinchada volcada; hoy el Cajasol aterriza en El Prat y mañana se enfrenta al Barcelona en el Palau y, la verdad sea dicha, es diferente a los dos anteriores ejemplos. Al complejo azulgrana, con el Camp Nou a la vera, se llega con otra cara, con otra actitud. Manresa y Badalona son plazas susceptibles de ser conquistadas, aun con los peros antes citados; el Palau es otro cantar.

Dos veces únicamente ha salido victorioso el Cajasol de sus desplazamientos a la pista azulgrana, la última de ellas recientemente, con Manel Comas en el banco. En el pronóstico, por tanto, no hay duda que valga. Favorito es el Barcelona y el Cajasol apurará sus opciones para llegar a la terna de triunfos allí.

No es misión imposible, aun así, y más estando el potentísimo equipo de Xavi Pascual sin el francotirador Basile y con Navarro mermado del tobillo izquierdo. Además, el grupo de Joan Plaza se presenta este mediodía ante su contrincante con la alegría y la tranquilidad que generan haber sumado los dos únicos triunfos del curso en las últimas jornadas. Falta más desparpajo anotador, más puntería y que los sistemas concluyan con canastas más cómodas, pero la fortaleza atrás se va convirtiendo poco a poco en un hábito para los cajistas, pese a que hoy pueden caer más puntos de los que suelen recibir al estar enfrente una apisonadora atacante.

Se echa de menos al ausente Ager en el perímetro, pues Lorbek, el exterior cajista que se ve las caras con su hermano, el interior azulgrana, no termina de coger confianza; lo mismo le ocurre al desconocido Asselin, un jugador más que fiable en Manresa y perdido en Sevilla, desconcentrado, espeso, mal. La recuperación del estadounidense, desubicado no sólo por ser un cinco colocado como cuatro, es imprescindible para servir de apoyo a Savanovic, Triguero y Rey. Siendo él la referencia, no puede pasar de esta semana, acaso la siguiente, para que demuestre su calidad, sus puntos y sus rebotes. Si no es así, Plaza quizás no le dé muchas más oportunidades y piense más en el relevo que en recuperarlo.

Por fuera, el reto para el técnico catalán, quien por cierto no debe ser muy querido en el Palau por su pasado en el Joventut y, sobre todo, en el Real Madrid, debe ser buscar la constancia de un Ellis capaz de deleitar en el primer cuarto ante Unicaja y cegarse en el resto de partido. El activo Miso está ayudando muchísimo en los últimos compromisos, mientras que Calloway tiene que frenar un poco su ímpetu para culminar canastas a pocos centímetros del aro que alguien de su talento no puede desperdiciar.

De Kirksay hay que esperar que cargue con el trabajo oscuro, eso es innegable. Al francés no se le caen los anillos por ir a todo con el alma puesta en el empeño, ya sea en el rebote o en un balón suelto, aunque está pecando de cometer muchas faltas; necesita tiempo para ganarse el respeto arbitral en la ACB. También a Lorbek, aunque los colegiados ni se inmutaron cuando provocó el fallo de Dean en las postrimerías del duelo ante Unicaja. No obstante, el problema de Lorbek pasa por demostrar de una vez por todas que es un fino tirador esloveno y no se arrugue, al menos cuando está solo.

Entrenar y entrenar los tiros libres. No queda otra. El equipo hispalense ha desaprovechado en muchísimas ocasiones en estos cinco envites la posibilidad de anotar desde los 4 metros y 60 centímetros. Pasó, pasa y pasará factura si no arreglan el fallo.

Poco se puede analizar del Barcelona, un equipazo aunque esté sin Basile y con Navarro disminuido. Uno de los tres bases, seguramente Lakovic, el mejor lanzador del trío, ejercerá de escolta por los inconvenientes en ese puesto, aun con el capitán Grimau, y dirigirán Ricky y Sada. Ojo con Mickeal, un peligro jugando de cara y de espaldas. Por dentro, citar la nómina da miedo: Erazem Lorbek, Fran Vázquez, Ndong, Morris y Trias.

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