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El Betis B ofrece otra ración de tedio

  • El filial, sin ideas y mal dirigido, no es capaz de doblegar al férreo Arcos

Por mucho que el Betis B esté segundo, de manera provisional, el filial va a conseguir que, poco a poco, vayan cada vez menos aficionados a la ciudad deportiva, pues su fútbol hace que los partidos sean un auténtico suplicio. En los partidos que gana lo hace por las individualidades que tiene y, otras veces, por la endeblez de la mayoría de equipos que componen un Grupo X que este año es uno de los más flojos de la categoría, pues en cuanto a juego colectivo el conjunto de Óscar Cano es muy plano, y ayer volvió a repetirse la misma historia que viene pasando en los encuentros disputados como local. Ayer fue el Arcos el que le plantó cara y se llevó un punto de oro en su objetivo de lograr la salvación, y tan descontenta se marchó la afición que en la grada ya se pudo escuchar el grito de "¡Cano, vete ya!", pues son muchos los béticos que entienden que a pesar de que el fútbol de Tercera es más de garra, pelea y entrega, el segundo equipo del Betis tiene argumentos para ofrecer un mejor espectáculo e ir en lo más alto de la tabla, aunque algunos mimbres están por debajo de su nivel, otros fichados en verano no dan la talla para jugar en un filial como el verdiblanco y algunos juegan lejos de su posición natural, de ahí que la mano del entrenador no se note.

Así, el choque ante el conjunto gaditano fue un calco al de jornadas anteriores, con un Betis B intentando llevar el peso del partido y un rival arropado atrás que al contraataque genera peligro. De este modo, en el minuto doce, un balón perdido en la medular de los heliopolitanos lo aprovechó Zúñiga para sacarse de la chistera un zapatazo desde 25 metros que sorprendió a Montoya, que tampoco estuvo afortunado a la hora de intentar detener el lanzamiento.

Pese al 0-1, el guión de la contienda no cambió. El Betis B siguió llevando la manija, pero su dominio de la pelota fue infructuoso, pues el Arcos estuvo muy bien plantado en el campo con el clásico 4-4-2, con las líneas muy juntas y bien dirigidos por la pareja formada por Parada y Fornel. Así, las ocasiones de los anfitriones brillaron por su ausencia, aunque cuando todo hacía indicar que el marcador no se movería en la primera parte apareció Ismael para empatar con el tiempo cumplido y dejar al cuadro bético con todo el segundo tiempo por delante para intentar llevarse los tres puntos.

Sin embargo, tras el paso por la caseta, el guión de la contienda no cambió, pues a pesar de que el filial apretó el acelerador, sólo tuvo una ocasión clara para marcar que Ismael no aprovechó después de una sensacional jugada, por la banda derecha, de Álvaro González, que pese a que lleva todo el año sin jugar en su sitio (por detrás del delantero) sigue siendo el jugador más desequilibrante de su equipo.

Con el paso de los minutos, el encuentro se endureció, con fortísimas entradas por parte de ambos contendientes. Esto favoreció al Arcos, que supo leer mejor el partido que el Betis B. Por eso, la parroquia verdiblanca no pudo contener su enfado al final de un compromiso que evidenció las carencias de los anfitriones.

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