Ser pacientes, no cometer errores atrás que metan a un limitado rival en el partido, ir madurando el juego... y dar la mordedura definitiva con los cambios que el guión va pidiendo. Así juega el Betis de Mel estos partidos feos para el espectador neutral. Trabajando con paciencia y los conceptos claros, indiferente a las mil pérdidas de balón. No había problema, porque si el Betis perdió muchísimos balones, el Celta rayó a su altura.

Defensa

La puesta en escena del Celta incomodó al Betis, pero sólo eso. Un par de balones largos a la espalda de los laterales, conato de fuego... y el repliegue de los defensores verdiblancos en su área, para responder a los centros, que evita males mayores. Más peligro de verdad llevó Iago Aspas al contragolpe, cuando el Celta, pasado el primer cuarto de hora, decidió aplacar su presión arriba, retrasarse y esperar al Betis. Pero fue una ocasión puntual, un pase por el pasillo central que aprovechó la estrella local por su mayor velocidad; suerte para el Betis que sea zurdo y rematara con la derecha.

Pero el partido de la línea de cuatro defensores fue notable, sobre todo el de su pareja de centrales... hasta que el Betis se puso por delante. Igiebor, que había entrado por Salva Sevilla para que Beñat se adelantara, vagó en terreno de nadie, mientras Campbell, desfondado, ya no ayudaba atrás. Menos mal para el Betis que apareció Adrián y muy al final perdonó Mario Bermejo.

Ataque

La línea que integran Campbell, Salva Sevilla y Juan Carlos no cuajó. Las pérdidas de balón fueron numerosas en esa zona. Esa apuesta de Mel resultó fallida. Pero otra vez mejoró el decorado el entrenador con el primer cambio, la entrada de Jorge Molina. Estaba el Celta cada vez más desprotegido atrás y había que ser certero en la mordedura, como tantas veces (Valladolid, La Coruña...).

Virtudes

Dominar las áreas es dominar los partidos. ¿Que los medios fallaron demasiados pases? Partidos así se sacan como los saca este Betis.

Talón de Aquiles

Fue acaso el partido en el que el Betis cometió más errores en el pase. Y el equipo sufrió demasiado en el arreón final del Celta. Si no le costó dos puntos, fue por la impericia del rival, sólo por eso.

Uno a uno

Adrián. No duda, si tiene que salir lo hace con decisión e impone su envergadura. Le cuesta despejar lejos los balones, pero llega a ellos. Bajo palos, rápido. Y decisivo.

Chica. No cometió errores. Y eso ya es una virtud en él.

Amaya. Partidazo, otro más. Cruzándose por bajo, apareciendo por alto.

Mario. Rápido y agresivo. Esta vez no estuvo limitado por una peligrosa amarilla.

Nacho. Atraviesa un gran momento de forma, seguro atrás y decisivo, otra vez, con su pase a Molina en el gol.

Cañas. Empezó con dudas y mejoró cuando el Celta dio el paso atrás. 

Beñat. Sus pases no fueron tan precisos y dañinos para el rival como acostumbra.

Campbell. Sin chispa, sus maniobras en una banda y otra no inquietaron al rival.

Salva Sevilla. Muchos errores en el pase.

Juan Carlos. Como Campbell.

Rubén Castro. Sólo destacó ya con 0-1, al ganar balones en la banda y retenerlos.

Jorge Molina. Gol de hombre de área. Para eso salió.

Igiebor. Perdido en la hierba.

Rubén. Pérez A contener.

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