El Sevilla afronta desde hoy el último test para calibrar su estado de forma antes de iniciar la Liga frente al Valencia. A las diez de la noche, y después del Cádiz-Atlético, la otra semifinal del Trofeo Ramón de Carranza, el equipo de Unai Emery afronta un test algo más realista que el desigual choque con el Real Madrid en la final de la Supercopa de Europa. Los sevillistas se tomarán el clásico trofeo veraniego como un examen de su estado físico y anímico tras la frustración de perder una final en la que nunca dio la sensación de poder competir con un equipo que está a años luz tanto física como técnicamente. Es la realidad del fútbol español y para volver a la rutina del día a día nada mejor que competir con rivales más terrenales.

El primer test será esta noche ante la Sampdoria de José Gómez Campaña. Volver a ver jugar al ex sevillista es otro de los atractivos de la cita. Campaña, tras su paso por el Crystal Palace y el Núremberg, inicia una nueva aventura en Italia. En Alemania le fue mejor que en Inglaterra y ahora espera relanzar su carrera, después de que el Sevilla lo traspasase el verano pasado por dos millones de euros.

Emery, para esta cita, querrá ir esbozando su primer equipo titular del año, aunque el esfuerzo de la Supercopa de Europa hace apenas tres días provocará que tenga que buscar un adecuado reparto de fuerzas.

El Sevilla, vigente campeón y ganador del torneo siete veces, tiene, además, el prurito de igualar con el Cádiz y el Atlético en lo alto del palmarés con ocho títulos. Hay que tener en cuenta que el equipo nervionense, tras el veto que sufrió en los años cincuenta por parte del Madrid, estuvo muchos años sin participar.