Paco Chaparro, entrenador del Real Betis

Chaparro: "A mí este equipo no se me cae ya"

  • El trianero confía en su plantilla, de la que incluso espera más buenas tardes como ante el Murcia · El técnico disfruta del presente y se niega a pensar en su futuro

-Este fin de semana regresa a Santander y es inevitable recordar el pasado 17 de junio. ¿Qué pensó tras salvar al Betis?

-Que había cumplido el objetivo, lo que para cualquier bético sería un sueño y para mí también lo fue. Es un orgullo servir a tu equipo en un momento tan difícil, pero todo lo logramos gracias al sacrificio de los jugadores y con la ayuda de Carmelo. Lo conseguimos en los últimos 15 minutos de la Liga.

-¿Pensó que seguiría? ¿Le molestó tener que volver al filial?

-Entonces nunca pensé si me iba a quedar y después tampoco. Al día siguiente tenía que coger al Betis B, había que ascenderlo en Reus y no me preocupé de nada más.

-¿Está ante su última opción de encabezar un proyecto serio?

-No lo sé. Pienso en los tres próximos partidos, no sólo en el Racing. Si el Betis logra buenos resultados también ante Bilbao y Osasuna, estará a punto de salvarse.

-Amén de la escasa fortuna o la concurrencia, mírese dentro y dígame por qué no llegó antes.

-Cogí a equipos en momentos muy difíciles, a punto de desaparecer... En situaciones no estables el entrenador no funciona tampoco, aunque tuve dos decepciones: en un Cádiz a punto de desaparecer y en el Xerez, donde me echaron a falta de 4 ó 5 jornadas cuando estábamos a 4 puntos del primero. Pero en ambos podría haber hecho más.

-Yo me refería más bien en su tardanza en pisar la élite.

-No se dio la posibilidad. Pero tampoco es tarde, he llegado en mi momento. Nunca me entregué, viajé, vi fútbol y me preparé por si llegaba mi oportunidad. Yo siempre pensé que sería el entrenador del Betis en su centenario y lo he sido.

-¿Ha tenido que amoldar su carácter, algo vehemente, a los nuevos tiempos?

-He impartido clases durante 22 años en el San Francisco de Paula, a veces pedía excedencias por el fútbol y cuando volvía al colegio veía los cambios en los chavales. Así que me dije que o me preparaba o no trabajaba y le di mucha importancia al aspecto psicológico.

-¿Qué diferencias observa entre un alumno y un futbolista?

-El jugador es profesional y se toman con respeto lo concerniente a su preparación, aunque no le guste el entrenamiento porque le cansa, mientras que el alumno ya va cansado a clase, sólo busca la nota y reacciona cuando ve que le puedes quitar puntos.

-¿En qué más cambió Chaparro?

-En que trabajamos en equipo, con Merino, Carmelo y un psicólogo, que nos ayuda para que la toma de decisiones sea más correcta. Un problema bien planteado es medio problema.

-¿Le molestó la frivolidad con la que alguno trató el Resistiré?

-Me molestó porque es una letra muy profunda, que explica lo que le ocurrió a un periodista deportivo, creo que se apellidaba Del Toro, que tuvo problemas de todo tipo. Habla de qué hay que hacer para reaccionar y pensé que ayudaría al equipo. En Santander el año pasado les conté un cuento de Bucay (psicólogo argentino) que hablaba de un pueblo italiano en las faldas del Etna que era destruido sin remedio cada 7 u 8 años. El Resistiré sólo significó la punta del iceberg.

-¿El entrenador que no es jugador de élite qué importa del fútbol de albero?

-Ahí aprendes todos los recursos que vas a necesitar. Con el Écija, alquilábamos para entrenar el campo del Don Bosco y yo lo regaba, le daba masajes a los jugadores... Así estás más preparado, más atento con el jugador y luego se refleja. En el Isla Cristina yo pagaba el campo, allí no cobraba nadie y ascendimos. Todo eso me ha marcado y ayudado, porque el jugador en Primera ganará más dinero, pero si le tocas las fibras y lo respetas te dará igual que el otro todo lo que tiene.

-¿Qué aprendió de Juande Ramos cuando fue su ayudante?

-Él es un hombre con un temperamento difícil de copiar. Es muy frío y casi no se inmuta, da siempre la impresión de que lo tiene todo controlado. En los cambios durante el partido es muy bueno por eso. Además, envía a los futbolistas mensajes cortos y reacciona muy rápido.

-Si es que el fútbol no es tan sofisticado...

-Cierto. El fútbol es muy fácil y nosotros tendemos a complicarlo.

-¿Y de sus ayudantes, aprende?

-Sí. Carmelo adapta sus entrenamientos al adversario en lo físico e incluso en lo técnico y táctico. Y Merino tiene mucha experiencia como futbolista y tuvo la precaución de anotar cosas de sus entrenadores. Posee gran conocimiento y una reserva de datos y participa en los planteamientos, aunque la decisión final siempre la tomo yo.

-¿Cómo sería el equipo ideal de Paco Chaparro?

-Me gusta que esté equilibrado en defensa y ataque y que maneje el balón, pero sin posesiones muy largas que no busquen nada. En estos momentos, el fútbol del Arsenal.

-¿Qué otras artes o deportes aplica al fútbol?

-Balonmano, baloncesto, hockey hierba, al que juegan 11, con un libre y es muy táctico... Del baloncesto cojo cosas prácticas, aunque las distancias son menores que en el fútbol, y del balonmano me fijo en la circulación del balón y en la defensa, en los movimientos de salida de los pivotes. También he adaptado al fútbol páginas de El arte de la guerra, de Sun Tzu, que trata sobre un guerrero que gana batallas aplicando la psicología.

-Hablemos del equipo. ¿Le sorprendió que jugara tan bien ante el Murcia con la presión de sentirse obligado a ganar?

-El planteamiento semanal fue que los futbolistas aceptaran el reto de jugar. Trabajamos un estilo propio con balón desde que llegamos y el domingo ya se vieron cosas.

-¿Teme que se le pueda caer?

-No. Pueden llegar malos resultados, pero este equipo no se cae ya porque no está en mi mente ni en la de mis jugadores y, además, porque tampoco lo hizo tras perder ante el Valencia o el Deportivo.

-¿Le quedan aún cosas por cambiar y mejorar?

-Bastantes. Si los resultados nos dan tranquilidad y los futbolistas se sienten a gusto en el campo, saldrá lo ensayado, algunas estrategias... El equipo se soltará y dará tres o cuatro partidos de buen juego.

-Ha pasado de que le tiren un bocadillo de salchicha a que la grada coree su nombre...

-Lo del Valencia fue una cosa esporádica, aunque me molestó. Lo del otro día lo agradezco porque soy un bético más. Por eso cuando las cosas no salen sufro como ellos y el domingo felicité a mis jugadores por haber hecho feliz a tanta gente.

-Pues vaya con cuidado porque otros entrenadores a los que idolatró la grada...

-Sé por dónde va, pero a mí no me va a ocurrir eso. Estoy orgulloso de entrenar al Betis, al equipo de mi ciudad y que me quieran. Nadie triunfa sin ser querido.

-¿Y no cree que a Lopera le molestó que dijese de él que tenía que cambiar?

-Creo que en esa entrevista me equivoqué. Las cosas hay que decirlas en su sitio y en su momento. Pero no temo que me pase factura.

-¿Qué cambios necesita el Betis?

-No me gusta hablar sin saber si estaré en junio. Ya hemos conseguido cosas y sólo puedo decir que mi idea, si sigo, es conseguir el equipo más competitivo posible.

-¿Debe ser Edu uno de los pilares de ese equipo?

-No soy específicamente de hablar de los jugadores, pero Edu fue clave el año pasado y en éste también está apareciendo. Es un hombre de unas cualidades extraordinarias y creo que sí, que debería ser uno de nuestros baluartes.

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