El Barcelona se despidió del mercado de fichajes sin conseguir al deseado Coutinho y con sensación de fracaso al no poder contrarrestar con garantías la marcha de Neymar.

La Liga cerró el plazo de inscripción de futbolistas y el Barcelona tuvo que guardar en el cajón los 160 millones de euros que tenía para Coutinho porque el Liverpool se mantuvo firme en su decisión de no venderlo.

De nada sirvió que el brasileño pidiera hace semanas el transfer request (petición de traspaso), pues los multimillonarios propietarios del club inglés desoyeron las sucesivas ofertas presentadas por el Barcelona en el último mes.

Fue el peor final para una historia que ya comenzó mal desde que Neymar pagara el 3 de agosto los 222 millones de euros que figuraban en su cláusula de rescisión para irse al Paris Saint-Germain ante la estupefacción de los dirigentes del club azulgrana.

El Barcelona fue a por Marco Verratti, del PSG, y no lo consiguió. Luego renunció al central Íñigo Martínez, de la Real Sociedad, no se sabe bien por qué. También echó para atrás la adquisición del centrocampista Seri, del Niza, cuando todo parecía cerrado. Y finalmente ocurrió lo de Coutinho. En el olvido quedaron otros muchos nombres que salieron en la prensa: Ángel di María, Paulo Dybala, Dani Parejo, Ryad Mahrez y Thomas Lemar.

Todos estos movimientos fueron contados día a día por una prensa ávida de filtraciones procedentes del club, que fue de todo menos discreto con sus movimientos. Y más cuando todos los equipos sabían que disponía de los 222 millones que dejó Neymar. La inflación ya fue imparable.

El Barça cerró el mercado de fichajes con cuatro contrataciones: el extremo Gerard Deulofeu (12 millones de euros), el lateral Semedo (30), el centrocampista Paulinho (40) y el extremo Ousmane Dembele (105 más 40 en variables). Ésta última fue la única incorporación que logró ilusionar mínimamente a la afición azulgrana, aunque el precio pagado -el segundo fichaje más caro de la historia del fútbol tras Neymar- fue puesto en cuestión, ya que Dembele, de 20 años, apenas jugó 50 partidos en la élite con el Borussia Dortmund y marcó 10 goles.

Durante este tiempo, y con una moción de censura en marcha, el presidente del club, Josep María Bartomeu, tuvo que escuchar gritos de "dimisión" precisamente durante la presentación de Dembele. También leyó en la prensa enormes críticas a su gestión.

La última fue la de Xavi Hernández, ex futbolista del mejor Barcelona de la historia, quien en una entrevista al diario Marca declaró: "El club podría haber fichado mejor. Se ha dormido porque hace cinco o seis años tenía a los mejores futbolistas del mundo".

Existe un consenso generalizado de que el Barcelona lo dejó todo para el final. El resultado fue frustrante, como insinuó Xavi. El intento casi desesperado por Coutinho reflejó que la directiva tiene dudas sobre si el equipo está preparado para competir por todos los títulos con lo que tiene en estos momentos. Y más después de lo visto en la Supercopa de España, en la que el Real Madrid lo derrotó por un global 5-1.

Y otro detalle: el Barcelona también quiso a Dani Ceballos y Theo Hernández. Ambos eligieron jugar en el Real Madrid.

Sólo el tiempo dirá si Dembele es capaz de hacer olvidar a Neymar o si Paulinho y Semedo son más que futbolistas de complemento. La estabilidad del Barcelona -y de Bartomeu- dependerá de los resultados.